«Juan Miguel Esteban es un luchador por la vida, un soñador». Así nos gustaría comenzar este artículo en el que el protagonista, Juan Miguel Esteban, es también el artífice de su propia superación.
Hoy tenemos el placer de hablar con él, el atleta que cambió su vida gracias a empezar a correr en la cárcel y acabó enmendando su futuro y dándose una segunda oportunidad.
Sigue leyendo y descubre la historia de Juan Miguel Esteban sobre cómo superar la adversidad, conseguir la reinserción social y los beneficios de correr a corto y largo plazo.
¿Quién es Juan Miguel Esteban?
Cuando hablamos con Juan Miguel Esteban, vemos a una persona con ganas de vivir, con ilusión y con una entrega arrolladora a lo que ama: correr en libertad.
Para conocer su historia, debemos remontarnos años atrás. Años en los que Miguel Ángel Esteban dirigía una empresa de seguridad y daba servicio a locales nocturnos. En este ambiente es muy complicado trabajar y las trifulcas son habituales, por lo que se vio envuelto en una serie de denuncias que finalmente le condenaron a 14 años de prisión.
Durante esos primeros años, Carlos Esteban, su primo, trató de animarle e inculcarle su pasión por el atletismo como vía de escape. Fue así como le consiguió despertar ese gusanillo por el deporte para evadir la mente. En ese punto aún no sabía cómo empezar a correr desde cero le iba a cambiar la vida, ni tampoco los beneficios de correr.
Tras mucho esfuerzo y dedicación, las conexiones que creó con su historia le dieron la oportunidad de conseguir el tercer grado para empezar una nueva vida gracias al deporte. Ahora es profesor de atletismo y natación de niños en el Colegio Estudiantes Las Tablas. Ese Loco del Patio, como le llamaban en la cárcel, pasó a ser un ejemplo a seguir por jóvenes y no tan jóvenes.
Cómo correr cambió la vida de Juan Miguel Esteban
Cuando Juan Miguel Esteban decidió darle un giro de 180º a su vida no sabía cómo empezar a correr, por lo que decidió comenzar con entrenamientos de 20 minutos al día. Sin embargo, poco a poco y, a pesar de las adversidades que presenta correr en una cárcel, consiguió correr 3 horas y media por la mañana y 1 hora y media por la tarde.
Para ello, tuvo que ganarse el respeto dentro de la prisión, pero no solo consiguió eso, sino que con el tiempo creó algo muy parecido a una escuela de atletismo dentro de la cárcel. 100 compañeros más de prisión confiaron en él para ser su profesor y entrenar. Dio ejemplo y consiguió proyectar su meta y su ilusión para salir adelante.
Aun así, sus zapatillas y su cuerpo sufrían, él era su propio fisioterapeuta, él se exigía y él ponía los límites a su esfuerzo. Gracias a los libros de la biblioteca de la prisión aprendió las nociones básicas para continuar corriendo y llegó el gran momento en el que le permitieron correr en libertad para comenzar a correr en línea recta.
Así fue cómo correr cambió la vida de Juan Miguel Esteban.
Beneficios de correr: más allá del bien físico
Después de 7 años, pudo correr su primera carrera fuera de la cárcel y eso le supuso un punto de inflexión en su vida. Los elementos Juan Miguel Esteban y prisión cada día se separaban más hasta que consiguió el tercer grado por su actitud ejemplar. Nunca hubiera imaginado que empezar a correr supondría un cambio tan grande en su vida.
En prisión había corrido la distancia de una vuelta al mundo, y ahora es consciente de los beneficios de correr y todo lo que supuso para él. Le aportó la posibilidad de protagonizar un reportaje que le permitió contar su historia.
Como hemos visto, los beneficios del deporte van mucho más allá del bienestar físico. Te recomendamos esta charla con Nary Ly, en la que nos cuenta cómo gracias al atletismo consiguió pasar de ser una refugiada a representar a su país en Los Juegos Olímpicos.
Su conexión con Martín Fiz: un reportaje que le cambió la vida
Las conexiones son valiosas y nos abren un mundo de posibilidades que cambian nuestra perspectiva. Así fue como le ocurrió a Juan Miguel Esteban cuando conoció al atleta Martín Fiz y el periodista Álex Calabuig.
Su mundo cambió cuando decidió enviar una carta a la revista de running de Martín Fiz, y aunque no recibió respuesta, no cesó en su empeño. Por fin le llegaría su gran oportunidad: Martín Fiz, reconocido atleta español y colaborador de una revista de atletismo, vio que Juan Miguel Esteban era un corredor que necesitaba ayuda y estuvo dispuesto a prestársela con la creación de un reportaje sobre su historia que llegó hasta las autoridades penitenciarias.
Gracias a ese reportaje consiguió salir de prisión con permisos para hacer lo que más le gustaba: practicar deporte al aire libre en competiciones.
Un nuevo inicio como profesor
Ahora es él el que inculca a sus alumnos los beneficios de correr viviendo libre y conectado totalmente con el deporte.
Cuando salió de la cárcel no tenía las conexiones necesarias para comenzar una nueva vida; en 3 meses nadie le concedió un trabajo hasta que gracias a un alumno consiguió su puesto de profesor de natación y atletismo de niños en el Colegio Estudiantes Las Tablas que dejó atrás los prejuicios y miró más allá.
«La mayor recompensa es haber alcanzado la libertad física y mental practicando su deporte favorito en libertad. Corriendo se liberó mentalmente, ha hecho sus mejores amigos, le espera un futuro fantástico», comenta el periodista Álex Calabuig sobre Juan Miguel Esteban.