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La importancia de conectar con tu niño interior

Jordi Cruz

· Presentador

Jordi Cruz fue uno de los rostros más populares entre los niños españoles de finales de los 90 y principios de los 2000. Hoy, esos niños ya son adultos, pero siguen recordando con cariño programas como Art Attack o Club Disney. 

En Mejor Conectados, tuvimos la oportunidad de sentamos con Jordi y nos habló sobre aquella época y sobre algo que sigue siendo clave en su vida: mantener vivo a nuestro niño interior.

¿Quién es Jordi Cruz?

Nacido en Barcelona en 1976, Jordi Cruz comenzó su carrera en los medios de comunicación muy joven. A los 18 años recibió una llamada para presentar el Club Disney. Sin embargo, su gran salto a la fama llegó con Art Attack, un programa de manualidades en el que Jordi se convirtió en referente gracias a su manera natural y directa de conectar con los más jóvenes..

Además de su carrera televisiva, ha trabajado como actor de doblaje y locutor de radio. A lo largo de los años, Jordi ha demostrado que la comunicación es una herramienta fundamental para conectar con el público y que la creatividad en el trabajo puede marcar la diferencia.

La importancia de la comunicación en el éxito de Art Attack

Uno de los factores clave del éxito de Jordi Cruz en Art Attack fue la forma en la que se dirigía a los niños, siempre en un tono natural, sin subestimarlos ni hablarles de forma condescendiente: 
«Creo que las generaciones que vieron Club Disney y Art Attack me recuerdan con cariño porque les hablaba de una manera normal y corriente. Siempre he entendido que a los chavales hay que hablarles de forma natural. Esa manera de comunicar conectó directamente con la audiencia».

Disfrutando de las cosas sencillas para mejorar tu día a día

De sus seis años al frente del Art Attack, Jordi recuerda con afecto al equipo y el ambiente de trabajo, destacando cómo los pequeños detalles lograban marcar una gran diferencia en la dinámica del programa:

«Recuerdo una anécdota de mi primer año en Art Attack. A veces había parones de 20 minutos en las grabaciones y un día pedí poder escuchar música. El equipo era bastante eficiente y enseguida me pusieron una mesa con un reproductor de CD y unos cascos. Pero yo no quería cascos. Quería que la música sonara por los altavoces para que todos la compartiéramos.

Así que decidimos que cada día alguien traería su música. La grabación se hizo mucho más dinámica. Cuando otros equipos venían de fuera, nos miraban sorprendidos y decían: “¿Por qué nadie había pensado en esto antes?“. Y la respuesta era simple: porque a veces no decimos las cosas por miedo a molestar. Pero si algo puede mejorar el ambiente y no perjudica a nadie, ¿por qué no decirlo?».   

Esta anécdota demuestra que disfrutar de cosas tan sencillas como escuchar música puede hacer que nuestro día a día sea más llevadero y productivo.

El niño interior. Qué es y por qué no debemos perderlo

El niño interior es esa parte de nosotros que conserva la capacidad de asombro, la creatividad y la inocencia. Para Jordi Cruz, es fundamental mantener viva esta esencia, ya que nos permite afrontar los desafíos con una perspectiva más optimista y menos encorsetada por la seriedad de la vida adulta:

«El niño interior se crea cuando eres niño. En esa época, estás protegido por una cúpula que son tus padres, tu familia o el sistema. Siempre he pensado que ese niño interior se debe mantener, que no debe desaparecer cuando la vida te golpea. Pero también es importante que conviva con el ser maduro que se está formando, con la persona que tiene que afrontar problemas, pérdidas y conflictos».

Conectar con nuestro mundo interior no significa vivir en una burbuja de fantasía, sino recordar lo que nos apasionaba de niños y aplicarlo en nuestra vida actual. La clave está en encontrar un equilibrio entre la madurez y la espontaneidad.

Ser infantil no es ser inmaduro

A menudo se confunde conectar con el niño interior con tener una actitud infantil o con el llamado Síndrome de Peter Pan. Nos dicen que hay que madurar y dejar de ser infantil, pero, ¿realmente significa lo mismo?

Mantener la creatividad y la curiosidad de la infancia no es lo mismo que actuar de forma inmadura o irresponsable. Conectar con el niño interior no significa ignorar los problemas ni estar en las nubes, sino encontrar esos pequeños momentos de alegría que nos hacen más humanos.

Jordi nos recuerda que el niño interior no puede ser una excusa para evadir responsabilidades, sino una herramienta para afrontar la vida con menos pesimismo:

«No significa ignorar los problemas ni vivir como Peter Pan. Los problemas existen y siempre estarán ahí. Pero hay pequeñas ventanitas, pequeños momentos que nos pueden conectar con ese niño interior. Cosas que nos sorprenden, que nos emocionan, que nos hacen reír o que nos hacen mejores personas».

Evitar ser demasiado adultos, irónicos o realistas puede ayudarnos a vivir con más ilusión. En este sentido, es importante entender que tener un lado infantil no es caer en el complejo de Peter Pan, sino permitirnos disfrutar de la vida con una mentalidad más abierta y buen humor.

Mantener la ilusión para no ahogarse en las expectativas

En la vida adulta, las expectativas pueden convertirse en una carga que impide disfrutar del presente. Jordi ha aprendido que intentar cumplir con un ideal preestablecido puede frenar la creatividad y la evolución personal.

El miedo al fracaso y la presión por encajar en un determinado molde pueden hacer que nos alejemos de nuestra esencia. Pero, según Jordi, la clave está en mantener la ilusión y abrazar tanto el miedo como el optimismo para encontrar el equilibrio.

Conectar con nuestro niño interior no significa evadir la realidad, sino encontrar una manera más sana y equilibrada de vivirla. Aprender a disfrutar de los pequeños momentos, mantener la creatividad y evitar que las expectativas nos limitan son lecciones que podemos aplicar en nuestra vida cotidiana para sentirnos más plenos y auténticos.

Como dice Jordi: «La vida me ha dado cosas muy buenas y se ha llevado cosas aún mejores. Pero volver al niño interior me ha enseñado que, aunque el mundo pare para ti cuando pierdes a alguien, el mundo sigue. Los niños siguen riendo, la gente sigue viviendo. Y al final, el niño que llevamos dentro nos recuerda que estamos aquí para vivir».

Transcripción

00:00 Jordi Cruz Muy buenas. Soy Jordi Cruz y hoy vengo a hablarte de la importancia de no perder al niño interior.

00:21 Jordi Cruz A los 18 años, una llamada por teléfono me trajo a Madrid para participar en un programa que se llamaba Club Disney y ahí empecé mi gran aventura en los medios de comunicación. También llegó un programa, que seguro que conoceréis, a lo mejor no, que se llama Art Attack. Que sí, hemos hecho muchas manualidades, mucho mejunje, mucho papel de cocina.

00:41 Jordi Cruz Yo creo que esas generaciones que vieron Disney y vieron Art Attack me recuerdan con cariño porque les hablaba de una manera normal y corriente. Yo siempre he entendido que a los chavales hay que hablarles de forma normal. Esa manera de comunicar yo creo que conectó directamente con esa audiencia, esa generación de artemaniacos que veían art Attack ahora pues tienen 25, 30, 35 años y te paran, y te dicen: "Tío, has sido mi infancia". Y te quedas en shock.

01:17 Jordi Cruz El niño interior lo creas cuando eres niño y en esa época estás, digamos, como cubierto por una cúpula que son tus padres, que es tu familia o es el sistema. Entonces, yo siempre he pensado que ese niño interior se debe mantener, o debe salir, a la hora de que la vida te traspase. Pero también es muy importante que ese niño interior conviva con el ser maduro que se está creando, que tiene que abordar esos problemas, que tiene que abordar pérdidas importantes en su vida, que tiene que abordar conflictos. No puedes abordar el conflicto, las pérdidas, no puedes abordar la madurez desde el niño interior. Ese niño interior yo creo que a veces nos puede ayudar a dejar de ser tan adultos y dejar de ser tan irónicos, dejar de ser tan pesimistas, dejar de ser tan realistas, dejar de ser tan previsibles. Y vuelvo a decir, sé que es difícil porque la pena lo arrasa todo. La preocupación lo arrasa todo. La incertidumbre lo pone todo en la punta de un barranco. Y dices: "Y ahora voy a ser positivo, y ahora voy a sacar el niño que tengo en mi interior". Bueno, no tiene que ser siempre, no tiene que ser en todos los momentos. Y también algo muy importante. A lo mejor tú no lo puedes sacar, pero alguien de tu alrededor sí que te lo está dejando. Sí que te lo está acercando.

02:58 Jordi Cruz Yo he vivido momentos muy complicados y muy difíciles. He perdido a mis dos padres y esa persona que te sacaba la sonrisa qué precio, qué valor y qué oro de amistad. Esa persona que, de repente, tú que estás en un momento triste, hace que te rías un poco.

03:19 Jordi Cruz El niño interior que hablamos, siempre del niño y la niña interior, es como una cadena de favores. A veces, puede ser tú el emisor y puedes ponerlo al alcance de la gente que tú tienes alrededor. O, a veces, tú estás en un momento y llega por otros lados. Sobre todo, no confundir el niño interior con actitudes infantiles o que todo te da igual. O, de repente, yo soy Pippi Calzaslargas o soy Peter Pan y no existen los problemas. Claro que existen los problemas, claro que están ahí. Pero hay pequeñas ventanitas que se abren, pequeñas cosas que ocurren, que te pueden llevar a ese punto un poquito de ¡ay, qué bien que ocurra esto!, que ahora me ha sorprendido, esto me ha gustado, esto me ha traspasado, me ha hecho mejor persona, me ha hecho reír.

04:25 Jordi Cruz El discurso de ser infantil te va a jugar en contra, ser infantil es malo… Yo recibí ese impacto, digamos, directo, de 'ser infantil no te va a traer nada bueno'. O sea, estaba como mal visto, como si eras menos si eras infantil.

04:48 Jordi Cruz Mira, yo te voy a contar la anécdota porque es así. O sea, en el primer año de Art Attack de repente había parones en las grabaciones, parones a lo mejor de 15, 20 minutos y yo dije: "Me gustaría poder escuchar música". Y de repente, al momento, porque era un equipo bastante eficiente, me dicen: "Ya está". Y yo, ¿qué ocurre? Me habían puesto una mesa en una esquina del plató con un aparato de CD y unos cascos. Ahí me quedé mirando y dije: "Bueno, yo no me voy a ir a una esquina a ponerme unos cascos. Yo quiero que la música, mientras no moleste a mis compañeros, me gustaría que sonase por los altavoces y que todos compartiésemos esa música". Y sobre todo, si pongo yo mi música, que yo venía con los hits de Operación Triunfo, pues imagínate los ingleses de Maidstone dirían: "¿Qué pasa?" Entonces, dijimos: "Que cada día traiga alguien su música". ¿Qué pasó? Que al día siguiente le tocaba, por ejemplo, al de sonido. Una selección de jazz fantástica. De repente le viene al turno al cámara; una selección de música brasileña mezclada con un ritmo alucinante. Cada uno nos puso la música que le gustaba y la grabación se hacía mil veces dinámica. Yo me acuerdo que cuando pasaban otros países por la puerta y miraban el cachondeo que teníamos nosotros montado era como: "¿Y esto, por qué no pasa en nuestra grabación? Bueno, pues porque nadie lo ha dicho, porque a veces no se dicen las cosas por miedo a 'no voy a molestar'. Oye, pues dilo y si a todo el mundo le va bien, pues un poquito de música mientras estamos cambiando las cámaras y vamos cambiando no sé qué, no sé cuántos, pues perfecto. Por ejemplo, mi padre me acuerdo de que cuando hacía sus presentaciones de repente utilizaba dibujos de Astérix y Obélix y era como una forma de ser original. Y a lo mejor le dirían: "Esto de los dibujos animados... Esto es muy infantil". El ser original, a veces, te puede conectar con ese niño interior y no hacer lo que hace todo el mundo.

06:47 Jordi Cruz Cuando eres pequeño no hay, de principio, no hay expectativas. Oye, que estudies, que tengas buenas notas, que te portes bien, que no hagas mucho lío. Es un poquito como las expectativas que ponen en ti y que son asumibles. Luego, cuando te vas haciendo mayor, llegan otras expectativas y, sobre todo, te llegan las que te impones tú mismo. Yo siempre he intentado huir de que las expectativas dirijan el proyecto, marcarse unos objetivos que pueden ahogar al proyecto, porque a veces de ese error o de ese no conseguir las expectativas, nacen nuevas ideas que hacen el proyecto mucho más fuerte, distinto y más dinámico. Entonces, esas expectativas a veces a mí personalmente me juegan en contra. Y sí es cierto que también eso incluye, a lo mejor entre comillas, escondidito por aquí, es el miedo al fracaso, el miedo a que las cosas no salgan como tienen que ser. Bueno, pues porque creo que los fracasos no son fracasos. Los fracasos pueden ser nuevas oportunidades, pueden ser aprendizaje y no la palabra fracaso significa: lo has hecho mal. Cuando tú afrontas un reto laboral, si lo empiezas… O sea, volvemos a lo mismo, tienen que estar todos los ingredientes: tiene que estar el miedo, tiene que estar el nerviosismo, tiene que estar la preocupación… Pero también tiene que estar la ilusión, el optimismo, el que todo irá bien y, con ese mix, abrazarlo bien fuerte a todo ese mix y decir: "Adelante, vamos a por ello". Tiene que ir todo de la mano. No esperes que alguien te venga con la ilusión. Búscala tú. Y la ilusión no son números, ni son hechos. La ilusión es como la emoción. Y si no te la vas a encontrar porque el mundo está así, intenta buscarla. No te queda otra.

09:10 Jordi Cruz Yo estoy totalmente convencido que cuando hablamos de conexión toda herramienta es válida, ya sea el niño interior, la empatía… Claro, todo lo que nos conecta nos hace… No sé si la palabra es mejores, pero nos hace. Nos hará mejores nos hará peores, a veces porque conectamos con personas que… fuera, esta conexión fuera. Y aprendes que esa conexión no es buena, que es tóxica, que eso no funciona y aprendes que tiene que ser de otra forma. Pero hay otras conexiones que son, digamos, intensas. Que te pueden servir para el trabajo, que te sirven para la familia, que te sirven para el vivir, que te sirven para sobrevivir.

09:55 Jordi Cruz Vivimos en un mundo con mogollón de cables con esas conexiones. Pero vamos como los pobres burros así y no nos fijamos en esas conexiones. Por lo que hablaba antes, porque no queremos que nada nos traspase, no queremos que nada nos cambie el rumbo, no queremos que nada nos trastoque. Y si te sacas esto y encuentras y vas viendo todo eso y vas agarrando todas esas conexiones y las vas juntando y vas, vas probando... Qué puede llegar a pasar.

10:36 Jordi Cruz A mí, como os he dicho, la vida me ha traído cosas muy buenas y se ha llevado cosas mil veces mejores. Volver al niño o tirar un poco del niño me ha hecho saber de forma cierta que el silencio pararía y volvería el ruido, que la tristeza desaparecería y volvería la alegría, que la vida se pondría en marcha. Yo, cuando perdí tanto a mi padre como a mi madre, involuntariamente el mundo se para. Pero el mundo sigue en marcha. Por suerte, el mundo no para y los niños siguen riendo. La gente sigue haciendo sus vidas. Entonces el niño interior lo que me hizo es saber, a ciencia cierta, que me engancharía a esa vida, que desearía engancharme a esa vida, que estamos aquí para vivir. Y lo conseguí.