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Conciliación familiar para desmitificar la maternidad

Laura Baena

· Influencer

La creadora del movimiento de Malasmadres hace suyo el lema de Mejor Conectados: “Cuando conectamos somos capaces de hacer cosas increíbles”, creando la mayor comunidad de mujeres y madres que luchan por romper con el mito de la madre perfecta.

Una comunidad que sirve como altavoz de una generación dispuesta a luchar por una conciliación real entre la vida personal, familiar y profesional.

¿Quién es Laura Baena Fernández?

Laura Baena Fernández es creadora e impulsora del proyecto ‘Club de Malasmadres’. Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, abandonó el puesto de supervisora creativa en una agencia de publicidad tras serle imposible conciliar su vida profesional con su recién estrenada maternidad.

Fue en el año 2014, tras desahogarse en Twitter, cuando fundó el Club de las Malasmadres. Con este proyecto, Laura Baena buscaba reivindicar la conciliación laboral y familiar; para que las mujeres y madres pudieran disponer de un espacio propio más allá de la maternidad y la vida profesional. Laura Baena quiso de esta manera compartir su visión de una maternidad real, con el fin de reivindicar un nuevo modelo social de madre en el que empoderar la identidad de la mujer que sabe aceptar con humor el hecho de no ser madre perfecta.

Además del Club de las Malasmadres, Laura Baena es cofundadora de la asociación Yo no Renuncio, en la que junto a la socióloga Maite Egoscozábal busca visibilizar y sensibilizar, a través de varias acciones e iniciativas como el Teléfono Amarillo de la Conciliación o sus diversos informes sociológicos, sobre la ausencia de medidas de conciliación.

Club de las Malasmadres: desmitificando la maternidad

El Club de Malasmadres se define como “una comunidad emocional 3.0 de madres que tenemos mucho sueño, poco tiempo, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo o al menos de morir en el intento.”

Fundada por Laura Baena nace con el objetivo de desmitificar la maternidad y romper el mito de “la madre perfecta” tan presente en la sociedad actual. Con El Club de Malasmadres, Laura Baena ha conseguido pasar de un sentimiento individual a conectar con una comunidad de más de un millón de madres en redes sociales que comparten una necesidad social creando así una red de apoyo emocional para todas sus integrantes.

Un movimiento que busca romper estereotipos a base de buenas dosis de humor, y que tiene como objetivo la conciliación laboral y familiar.

La importancia de la conciliación familiar

Cada día son muchas las mujeres que aparcan su carrera laboral o que renuncian a tener hijos o a ampliar la familia ante las dificultades que supone la conciliación entre la vida profesional y la personal. Debido a esto, muchas mujeres han sido discriminadas laboralmente al convertirse en madres o se sienten solas en la crianza y educación de sus hijos e hijas, ya que el mayor peso recae sobre ellas, muy por encima de los hombres.

Desde Malasmadres, consideran que vivimos en una sociedad en la que ser madre está penalizado social y laboralmente, en la que el cuidado de los hijos y de las hijas no se entiende como una responsabilidad social y recayendo, en la mayoría de los casos, únicamente en las madres.

En el Club de Malasmadres, además, reivindican la necesidad de visibilizar la maternidad y poner en valor el trabajo que supone cuidar a hijos e hijas, sin que ello suponga a las madres renunciar a su trabajo y a su vida.

¿Qué es la conciliación familiar? Cómo compaginar la vida familiar y laboral

La conciliación familiar busca el equilibrio entre la vida laboral y familiar de una persona.

Normalmente, este concepto se atribuye a las mujeres, pero como nos cuenta Laura Baena, “la conciliación no es solo de mujeres y de madres, es también de los hombres”. Por eso, a través de su comunidad hace un llamamiento a los padres para que sean parte activa y necesaria de la conciliación y del cuidado de hijos e hijas. Y es que, lamentablemente, a día de hoy los datos nos revelan que son las mujeres las que se encargan de forma exclusiva del cuidado de los hijos haciendo que:

  • 6 de cada 10 mujeres renuncien a su carrera profesional al ser madres.
  • El 90% de las reducciones de jornada laboral sean de mujeres.
  • Solo el 8% de los hombres interrumpan su jornada laboral en el caso de enfermedad de sus hijos.

Desde el Club de Malasmadres, Laura Baena ofrece una serie de claves para conseguir conciliar la vida laboral con la familiar. Algunas de estas son:

  • Cuidarse, que la madre piense más en ella misma, que priorice sus momentos con ella misma.
  • Importante sacar tiempo para estar con la familia.
  • Encontrar la felicidad en las pequeñas cosas para conectar con la maternidad.

Transcripción

00:03 Presentadora Bienvenidos a Mejor Conectados, un podcast de Telefónica con el que inspirarse, aprender y mejorar. Estamos convencidos de que cuando conectamos, somos capaces de hacer cosas increíbles. Soy Gema Escudero y estoy encantada de dar la bienvenida a nuestra invitada de hoy, Laura Baena.

00:30 Laura Baena Es un placer estar aquí con vosotros y con vosotras para hablar de conciliación de malasmadres y de todo lo que queráis.

00:40 Presentadora Te conocemos de sobra pero para quien no, déjame decir que eres creativa publicitaria, oradora, autora del libro “Soy buena malamadre”, y una comunicadora de primer nivel. Movida por el deseo de cambiar el concepto clásico de madre, en 2014, fundaste el Club de Malasmadres. Originando un movimiento de miles de mujeres que han acabado con el mito de la “madre perfecta”. Esto es la versión oficial, pero me gustaría que nos contases por ti misma, ¿quién es Laura Baena?

01:06 Laura Baena ¿Quién es Laura Baena Fernández? No me gusta olvidar el segundo apellido que el apellido de mi madre. Y eso hay que reivindicarlo siempre. Laura Baena es una trimalamadre, con mucho sueño, poco tiempo libre, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo o al menos, de morir en el intento. Esa es la definición de malas madres. Y yo creo que la definición más madre de mucho mi definición, porque nació así de un sentimiento individual, de cómo me sentí y de quién era en ese momento. Y aunque por un lado puede parecer como que definirte como mala madre, como lo primero que dices, es como si no fueras más cosas además de madre. Para mí sí que ser madre fue una crisis existencial, una revolución personal y un cambio vital en mi día a día. Entonces creo que me define mucho malamadre. Luego también te podría decir que soy creativa y comunicadora porque me siento así más allá de haber estudiado publicidad, sino que realmente creo que la creatividad y la comunicación están en mi vida. ¿Y qué más decirte? Que me siento sobre todo fundadora del Club de Malasmadres y Presidenta de la asociación yo no renuncio por la conciliación y siento muy eso porque realmente es como mi misión. Ahora que se lleva tanto eso de decir ¿cuál es tu propósito? Pues yo creo que cada día me levanto pensando que esa es mi misión y ese es mi propósito. Ayudar a las malasmadres, reivindicar un nuevo modelo social de maternidad en España y luchar por una conciliación real.

02:32 Presentadora En 2014 lanzaste un tuit que decía: “¿Cuál es tu mérito de Malamadre? ¿Por qué te canonizarían como Malamadre? #soymalamadre”. Este es el tweet que desencadenó todo. ¿Qué te llevó a escribirlo?

02:45 Laura Baena La noche en la que me defino como mala madre en Twitter. Yo creo que lo que decía ese tweet detrás era desesperación, pérdida de control y ganas de ver si realmente era yo la única que se sentía mala madre. Realmente era un sentimiento individual. Para mí fue la mejor terapia jamás contada. Estar detrás de Twitter y decir cuál es tu mérito de malamadre? Por qué te canonizarían hoy como mala madre? Yo me he sentido desbordada con la maternidad. Realmente sentía que no llegaba a todo. Sentía que me habían engañado, que la maternidad no era tan idílica como contaban, que no somos superwoman y que somos una generación de mujeres engañadas por mitos como la maternidad, el amor romántico, la mujer perfecta y la superwoman. Y en ese momento lo que fue es un desahogo y la necesidad de buscar más mujeres que se sintieran como yo.

03:39 Presentadora ¿Qué es lo que más te sorprendió de la reacción de la gente? Te imaginabas que algo que te sale de tan adentro generase tanto impacto en la gente?

03:47 Laura Baena Sorprende antes de ese tuit. Porque yo siempre digo que de un tuit a un movimiento social y realmente sí que es verdad que ese tweet fue como el momento de de hacer boom en redes sociales y de que de repente se fuera creando esa comunidad emocional que luego ha llevado a todo lo que hoy es malasmadres. Pero que realmente en ese momento, lo que más me sorprendió venía ya de un tiempo atrás. Yo había creado un blog personal que se llamaba La niña sin nombre. Tenía un diario que era diario de malamadre, donde me desahogaba, contaba mis anécdotas diarias de madre imperfecta que llegaba a todo como podía. Me reía muchísimo de mis intentos fallidos por ser una madre perfecta. Porque yo siempre digo que era mejor madre antes de ser madre. Porque tú te visualizas con ese modelo de madre perfecta que va a hacerlo todo bien, que va a hacer tartas de frambuesa a sus hijas y que va a tener paciencia infinita. Pero luego la realidad es bien distinta. Entonces, cuando de repente me desahogo en Twitter, pues empiezo a ver que salen muchas más malasmadres del armario y que había un sentimiento callado y una necesidad de que alguien dijera la verdad de la maternidad y fui yo. Y a partir de ahí fue esa comunidad emocional, esa revolución de decir no estoy sola. Hay muchas mujeres que se sienten como yo y a día de hoy sigue siendo así. El poder de identificación del Club de Malasmadres, el poder de no sentirte sola, es lo que más me dice, lo que realmente me mueve.

05:03 Presentadora Hablamos de ese club de malasmadres y después de toda la trayectoría y de haber llegado a ese concepto, escuchamos tu nombre y nos viene a la cabeza la palabra malasmadres. Es un término llamativo, con mucha fuerza, ¿cómo se te ocurre?

05:14 Laura Baena Al inicio yo creo un poco el lenguaje de malasmadres. Y eran malasmadres, buenos hijos, buenas hijas, buenos padres, buenas abuelas, buenos abuelos, porque todo el mundo era bueno menos la madre que era la mala y era un poco una reivindicación de manera políticamente incorrecta. Hablar de la maternidad, que siempre se supone que es lo bueno. Y el pilar fundamental de la familia y del hogar familiar en España. Y ahora romper un poco con esa dinámica, con decir somos suficientemente buenas madres, no tenemos que ser buenas madres cada día de nuestra vida. Y como decía Adrienne Rich Nadie ama todos los días, las madres tampoco. Entonces ahí, evidentemente, antes del Club de Malasmadres, yo había investigado, había visto que estaba también esa frase maravillosa de Winnicott que dice que una madre es suficientemente buena y en esa parte de malas madres conectar con ese sentimiento de maternidad, de que somos las mejores madres que podemos ser, pero realmente lo hacemos lo mejor que podemos y era llamarnos a nosotras mismas malasmadres antes de que la sociedad nos llamara malasmadres porque te sientes muy juzgada. La maternidad todo el mundo la juzga, hagas lo que hagas con leches des biberón des pecho, des teta, da igual, todo lo que hagas es susceptible de una crítica o un juicio. Y era liberarnos un poco de ese modelo tradicional de madre con el que nos sentimos identificadas las malas madres de hoy en día, que trabajamos y queremos ser madres, que no queremos renunciar ni a nuestra parcela profesional ni a nuestra parcela personal y familiar y para acompañar a una mala madre, pues de repente crees universo de buenos, de que todo el mundo era bueno en un momento que hace ya siete años. La corresponsabilidad en España sigue siendo una utopía y un reto que tenemos sobre la mesa, porque el cuidado de los hijos y de las hijas es una responsabilidad de dos. Cuando tienes pareja, mayoritariamente hombre, entonces claro, el ponerle buenpadre era como esa etiqueta, un poco con sorna, con ironía de decir que ellos son buenos padres, porque hagan lo que haga un padre que lleva a sus hijos al colegio, un padre que los baña, un padre que va a hacer la compra siempre es un héroe y siempre es una mala madre. Cuando no cumples con una parte de lo que la sociedad te impone, entonces era liberar de los estereotipos, romper las normas del juego y darle la vuelta. Ahora bien, ahora, siete años después, tengo el orgullo de decir que hay malos padres en el club de Malasmadres, pero incluso esos malos padres se sienten malas madres porque malas madres, un concepto que puede trascender el género. Y ese es el gran, el gran objetivo. Que al final entendamos que ser malamadre es sentir la culpa también, es coresponsabilizarse, es conciliar, no querer renunciar a tu carrera profesional por el simple hecho de ser madre y es no querer estar penalizada en esta sociedad que muchas veces es demasiado injusta para las mujeres. Entonces ahora sí hay malospadres, pero muchas veces me preguntan también para cuándo un club de malospadres. Y yo les digo que para cuando realmente los hombres sufran la discriminación laboral y sufran la presión social que sufrimos las mujeres madres hoy en día.

08:15 Presentadora Supongo que en todo este tiempo has tenido que relacionarte con muchas malasmadres y muchos malospadres como decías, ¿qué significa para ti “conectar con los demás”?

08:25 Laura Baena Conectar con los demás y conectar con las malasmadres ha sido básico. Al final, en este mundo ahora digitalizado, que estamos en transformación digital, que sabemos los beneficios y la importancia de estar conectados unos con otros, unas con otras. Pues para mi ha sido básico, porque si no existiera esa conexión, si no estuviéramos conectadas las malas madres, no se hubiera generado esta comunidad emocional que ha traspasado las pantallas, se hubiera generado este movimiento social que tiene su base y su causa en las redes sociales. Para mí ha sido fundamental porque ese tuit conectó con mujeres que se sentían así. Lo maravilloso del Club Malasmadres, que a través de la pantalla, a través de las redes sociales, hemos conseguido conectar emocionalmente todas las mujeres que nos sentíamos así traspasar la pantalla, ser capaces de liberarnos y de compartir nuestras emociones, nuestros sentimientos y nuestras situaciones personales y además luchar por un cambio social. Con lo cual Malasmadres es un ejemplo claro de que cuando hay una conexión en positivo es brutal y que no hay límites. Pero luego también hay que tener mucho cuidado con ese uso de la tecnología.

09:30 Presentadora El equilibrio, en cualquier faceta de la vida, es fundamental. Pero no siempre es fácil encontrarlo. En este caso, ¿cómo de importante es encontrarlo entre la vida personal y profesional?

09:37 Laura Baena La conexión entre la vida personal y la profesional es fundamental. Y encima, sobre todo es que conecta con mi misión, que es conciliar y conciliar. Precisamente es eso, es buscar el equilibrio entre tu vida personal, familiar y tu vida profesional. Y esa misión y ese propósito, muchas veces se te puede volver en tu contra. Y es y es realmente el camino que tengo que seguir. Entonces, en este camino y en estos años, ha sido difícil y a la vez un gran reto. Me hace mucha gracia recordar cuando yo renuncié a mi carrera profesional en la agencia de publicidad. Me hace gracia y me genera hasta compasión recordar a la Laura de aquel momento diciendo bueno, ahora yo que he dejado la publicidad, voy a estar un año tranquila con mis hijas, disfrutando de la vida. Y de repente lo que pasó es que le dedicaba más tiempo a ese proyecto que estaban haciendo en redes sociales, que era malasmadres y fue una locura porque de repente buscar el equilibrio era muy complicado, porque de repente tenías tu vida personal. Tenía mi hija mayor, me quedé embarazada de la segunda y empezaron a llegar proyectos, empezaron a llegar marcas, empezaron a llegar a editoriales para escribir un libro, hicimos la primera fiesta de Malasmadres, empecé a crear equipo, tuve el primer espacio de la mala fama de House y empezó a hacerse muy grande. Y cuando emprendes, porque casi el 55% de las mujeres madres que emprenden lo hacen por necesidad y por poder conciliar y no por talento. Hay mucho talento, pero no es una decisión por una idea, sino una decisión por necesidad de esa conciliación. Y cuando emprendes te das cuenta de que la conciliación, cuando emprender es tu propia jefa y tienes tu propio equipo, es muy complicada. No tenemos ni herramientas, ni formación, ni se entiende. Y todo el tiempo que dedicas a tu proyecto personal es poco. Entonces, bueno, eso ha sido un camino. Sigo aprendiendo a diario. Es muy difícil. Sí que es la sensación. Un poco. Voy equilibrando mucho. Hay decisiones que tomas, es decir, se consigue con mucho esfuerzo haciendo equipo en casa. Tanto mi pareja como yo estamos muy implicados en el proyecto y eso es fundamental porque él ha creído en mí desde el primer momento y sin él hubiera sido imposible. Él fue el que paró su carrera y renunció durante un tiempo para que yo pudiera seguir adelante con Malasmadres y no perder el control de nuestra vida personal y de nuestras hijas. Y hacer equipo ha sido la base, si no eso no hubiera podido ser y luego repensarte mucho. Y cuando de repente me alejo del camino de la conciliación y de repente me tiro semanas en las que estoy viajando, pierdo el control, vuelvo otra vez. Y una de las decisiones últimas, como digo, porque fundamental es tomar decisiones para encontrar ese equilibrio, es haberme ido a Málaga a vivir. La pandemia me empujó a volver a mi Tierra Santa y a darme cuenta de que la vida se podía organizar de otra manera. Y sobre todo, lo que nos ha demostrado que estamos conectadas, que podemos hacer las cosas desde cualquier lugar. Todo el equipo está trabajando y ahora, aunque eso tiene un precio que es viajar y venir a Madrid más, pero nuestra base está allí y allí realmente hay más paz, más equilibrio y más conciliación.

12:46 Presentadora Has dicho que esto “tiene un precio”. Refiriéndote a viajar, a tener que estar en constante movimiento, yendo y viniendo… Sacrificios que a veces son necesarios. Pero tú, ¿a qué no estás dispuesta a renunciar?

12:57 Laura Baena Pues lo que nació. Es decir, yo un día me fui de la agencia donde trabajaba para no renunciar a ver crecer a mis hijas y ya me emociono. No puedo evitar emocionarme cuando hablo de eso, porque fue realmente un punto de inflexión, una crisis existencial que viví cuando te das cuenta de que tienes que renunciar a tu carrera, no?

13:19 Presentadora Es inevitable cuando se trata de algo tan personal.

13:24 Laura Baena Lo que me di cuenta es que cuando renuncié a mi carrera profesional y empecé a compartir mi historia de no conciliación, de que no quería renunciar a ver crecer a mis hijas ni quería renunciar a mi carrera profesional. Era el gran temazo de la generación de mujeres de hoy en día que eran madres. De repente, cuando llega la maternidad, se escapan los roles tradicionales, te ponen la M de madre y parece que ya vales menos y que a nivel profesional no cuentas tanto porque claro, vas a ser madre y has decidido ser madre. Y eso, pasar por ese trance es brutal. Y te das cuenta de que no era solo yo que cuando compartía mi historia la mayoría de mujeres se sentían así, sentían que tenían que renunciar cuando llegaba la maternidad de una manera u otra a su vida. Y eso es muy duro y muy injusto. Entonces ahí comenzó esa lucha por la conciliación, no a decir a ver de qué manera podemos destapar esto, de qué manera podemos sensibilizar y podemos compartir y hacer de esto una lucha social. Pero también ahí no hay que olvidar la otra parte, que no es solo conciliar por no ver crecer a tus hijas si no es conciliar contigo misma. A día de hoy no existe el derecho a la conciliación personal. Al principio, cuando empezó la lucha por la conciliación con el nombre Malasmadres, hasta que ya hemos ido trabajando, dando pasos en la asociación y convirtiéndonos en el referente de esta causa, pues la gente se pensaba que luchábamos por la conciliación solo para las madres. No, no, la conciliación va mucho más allá. Tenemos que conciliar todos y todas tenemos que entender que nuestra vida tiene que tener otros usos del tiempo que no sea solo el mercado laboral. Y yo ahí cuando renuncié a mi carrera profesional, hice un proceso de coaching y un proceso de terapia para poder salir de todo aquello. Y fue muy clave un ejercicio que hacemos nosotras en nuestro proyecto a la hora de cuidarse con las malasmadres que en la rueda de la vida. Es tan significativo cuando te hacen hacer tu rueda de la vida y te das cuenta de que solo marcas trabajo y como mucho otro huequito para la familia o para cualquier cosa. Y te das cuenta de que el trabajo te ha absorbido tanto y te ha alejado tanto de lo que te gustaba, de lo que hacías, de tus valores, de tus propósitos, de tus objetivos. Que eso nos tiene que hacer pensar como sociedad y reflexionar. Yo creo que la pandemia también nos ha ayudado a eso, y siempre lo digo que ojalá cada uno de nosotros y cada una de nosotras nos lleváramos un aprendizaje positivo y diéramos un paso a la acción. Y tomamos una decisión vital para cambiar esa inercia a la que a la que vamos, que es una sociedad no sostenible y sin futuro. Tenemos que entender la vida y el trabajo de otra manera y eso necesita de una responsabilidad de todas y de todos. Por eso para malas madres es muy importante no perder nuestra identidad como mujer. Siempre digo que la madre no debe aplastar a la M de mujer, porque dentro de esa M de mujer caben muchas mujeres y caben muchos yos en las distintas áreas. Y no quiero perder esa parte de malamadre como llamamos con mis amigas y de tener ese momento para ti y de cuidarte. Y somos muy conscientes de que para cuidar tenemos que cuidarnos. Pero cuesta, cuesta hacer ese ejercicio y darte cuenta de que tú estás primero y de que aunque seas madres, tienes que mirarte a ti. Y por algo muy claro, porque venimos de una educación que nos han enseñado nuestras madres, que lo hicieron lo mejor que pudieron con las herramientas y los recursos que tenían, donde la mayoría renunció a que fuéramos independientes, a que hiciéramos lo que tenemos que hacer, que fuéramos feministas, que y en el fondo no es tan fácil porque no depende sólo de nosotras.

16:45 Presentadora ¿Qué es eso de la rueda de la vida que nos contabas?

16:46 Laura Baena Cuando renuncié a mi carrera profesional, de repente pasé un tiempo con un poco perdida, sin saber realmente que iba a hacer o hacia dónde iba. Pero el proyecto era tan grande, iba tan rápido que empecé a hacer muchas cosas con malas madres malasmadres, tanto que de repente vi como que de repente otra vez me alejaba de esa conciliación que era mi misión. Yo había dejado un trabajo, una profesión, había parado mi trayectoria profesional para poder conciliar y estar presente y ser una madre presente. Y de repente el proyecto estaba creciendo tanto que era imposible equilibrar esas dos vidas. Entonces ahí hubo un día que de repente me di cuenta de que se me estaba yendo de las manos, que estaba a punto de perder el control. Es más, que visualizaba y soñaba con dejarlo todo, tirar la toalla y cerrar el club. Visualizaba la típica, el típico cartel de hasta luego. Hasta aquí he llegado. Pero ahí pedí ayuda y empecé a trabajar con mi querida Paz. Y ahí uno de los ejercicios que hice y al que me enfrenté. Recuerdo perfectamente esa sesión que fue de las primeras que salí llorando muchísimo, porque cuando visualizas la rueda de la vida ahí lo que haces es un círculo en el que tienes que dividir como si fuera quesitos en partes, en porciones de esa tarta a que dedicas cada fracción de tu tiempo en un día o en una semana, y entonces visualizas con distintos colores a qué dedicas el tiempo de trabajo, el tiempo en familia, el tiempo personal, deporte, salud, amigos. Entonces, de repente yo me he dado cuenta de que la maternidad y malasmadres me había arrasado por completo y ya no sabía ni quién era yo. No te pierdes y de repente te das cuenta de que no estás dedicando más tiempo más allá del trabajo y del poco tiempo que te queda a tus hijas. No tienes tiempo de pareja, no tienes tiempo para para tus hobbies, no tienes tiempo para tus amigos, no tienes tiempo para llamar a tu madre. Y eso es un ejercicio que yo aconsejo que todas lo hagamos porque realmente te para y te hace priorizar realmente lo que quieres en tu vida y buscar ese equilibrio del que hablamos.

18:40 Presentadora Para favorecer el entendimiento y la educación entre las personas, ¿qué ejemplo crees que deberíamos dar a la sociedad sobre el tema de la conciliación?

18:50 Laura Baena Para luchar por una conciliación real tienes que conciliar tú misma. Y ese para mí, al final, esa misión es la que me hace conseguir mi objetivo de conciliar, porque es que siempre lo tengo presente. Y creo que una de las cosas más importantes cuando emprendes o tienes una misión es la coherencia. No puedes vender algo que no eres. Eso se cae porque no es verdad. Y también a veces eso es lo que ha hecho que el proyecto del Club Malasmadres tenga una responsabilidad tan grande para mí, porque lo que hago y lo que digo tiene que ser verdad. Y en eso encuentras muchos conflictos personales, pero sobre todo la conciliación. Hay que entender que no depende solo de ti. A día de hoy y se demuestran los datos. Tú puedes querer conciliar, tú quieres luchar por poder conciliar tu vida personal y profesional, pero si no tenemos de la mano a todos los agentes sociales, no lo vamos a conseguir. Eso es un compromiso de empresas, de instituciones, de familias y de educación y no podemos estar solas a día de hoy. La conciliación son las madres, son las malas madres ayudadas de las abuelas, principalmente de los colegios y las escuelas infantiles. Y lo que ha ocurrido con la pandemia es que ha puesto de manifiesto que los dos pilares que soportaban la conciliación en España se han caído. Y cuando vivimos esa situación, que puede parecer positivo porque ha puesto de manifiesto que estaba sustentada en esos hilos que no son los responsables, pues realmente nos damos cuenta de que no ha sido tan positivo, porque ni siquiera en un momento como el que hemos vivido tenemos un compromiso y una voluntad política, institucional de cambiar las cosas, de poner medidas, de trabajar en un plan nacional de conciliación y de verdad decir hoy estamos comprometidos con el futuro de la sociedad. Es que sin madres no hay niños ni niñas, y sin niñas ni niños no hay futuro. Entonces estamos intentando luchar contra una sociedad que va sin frenos, envejecida y sin sostenibilidad, cuando realmente no estamos entrando de lleno a poner medidas y a trabajar para que esto se frene. Entonces es un problema complejo, pero que realmente si tuviera el compromiso de todas y de todas, se podría solucionar.

20:44 Presentadora Antes, los movimientos y cambios sociales se daban a pie calle, es decir, la gente salía de sus casas para protestar o manifestarse. Ahora, esto se compagina con las redes sociales. ¿Qué ha cambiado para que hoy sea una red social la que provoque el chispazo de salida?

21:03 Laura Baena Las redes sociales son un arma poderosísima. Yo nunca pensé que de un tuit iba a llegar un movimiento social, que de un tuit iba a llevar una comunidad emocional y que de un tweet se iba a crear una asociación. Yo no renuncio por la conciliación que se sienta con los partidos políticos, que trabaja en medidas efectivas, que presenta manifiestos y propuestas a las instituciones y que se sienta en el Congreso y en el Parlamento a debatir sobre cuáles son las propuestas y hacia dónde tenemos que ir para trabajar en que los cuidados estén en el centro, en que la conciliación sea un valor y que realmente tengamos una sociedad con futuro. Entonces demuestra claramente que el poder de la ciudadanía unida, el asociacionismo y a través de las redes sociales impacta mucho más, porque no es lo mismo que de repente hagamos una manifestación y nos congreguemos en la puerta del Congreso a que 1 millón de malasmadres esté lanzando un tuit a la misma hora y el mismo día, o que se recojan 300.000 firmas para llevar a los ministerios. Es decir, el poder que ha tenido las redes sociales ha sido increíble. Y también en una sociedad en la que evidentemente tenemos menos tiempo. Seguramente si a muchas malasmadres les preguntara si tienen tiempo para asociarse y para de manera activa formar parte de una asociación, no podrían. Pero a través de las redes sociales permite que la voz de la calle llegue a esos lugares. Entonces eso es una democratización increíble de la sociedad y de y de todos los derechos, que es lo que tenemos que luchar.

22:25 Presentadora ¿Por qué esta diferencia entre malas madres, buenos padres…? ¿Dónde queda el papel del padre?

22:31 Laura Baena La conciliación no es solo de mujeres y de madres, es también de los hombres que nos tienen que acompañar, con los que tenemos que hacer equipo, que hay que implicar. Pero la conciliación si es solo también de mujeres y madres, porque somos la que la sufrimos. Seis de cada diez mujeres renuncian a su carrera profesional al ser madres. Yo cuando me di cuenta de que no había sido yo la única, sino que cada año renuncian muchísimas mujeres a su carrera profesional. Es que está en los datos. Es que nosotras lo que hemos hecho es poner en datos la realidad social que hay fuera. Y como cada año, el casi el 90% de las reducciones de jornada son mujer. Las excedencia tienen nombre de mujer. Cuando un hijo o una hija enferma, la mayoría de mujeres somos las que interrumpimos nuestra jornada laboral. Un 8% de los hombres interrumpen su jornada laboral. Las que estamos invisibilizadas, las que tenemos que renunciar, la que estamos cargando con el cuidado de los hijos, las tareas doméstico familiares y con toda la carga mental somos nosotras, pero no podemos hacerlo solas. Os necesitamos a vosotros. Necesitamos a los hombres de nuestro lado. Yo soy firme defensora de que si hay que hacer pedagogía, a mí no me gusta decir bueno, pues si no nos acompañan, allá ellos, no. Esto va de un cambio juntos. Tenemos que estar de la mano de los hombres, porque realmente somos la mitad de la población y es un tema de justicia, de justicia social. Si no existe, si no hay más mujeres en el poder, si no sentamos los puestos importantes, si no nos representan nuestros derechos, difícilmente podremos avanzar. Pero aquí hay una cosa muy clara, porque existe un sesgo de género aparte. Esto es muy curioso porque una vez participé en un en un taller en el que te hacían poner en una hoja a cinco personas de confianza que tenías ese taller. Había hombres, mujeres de distintas razas, nacionalidades, de distintas condiciones socioeconómicas, culturales y era curioso ver como esas cinco personas que cada una de las personas que estábamos allí marcábamos eran muy parecidas a nosotros. Entonces el hombre en su mayoría elegía a hombres, la mujer en su mayoría elegía mujeres. Pero no solo se trataba de género, se trataba también de raza, nacionalidad y de tema económico, social y cultural. Entonces con esto lo que estoy diciendo es que si no rompemos el modelo, si no apostamos por mujeres en el poder, si no hacemos equipos diversos, diversos, donde estén las mujeres en el poder, no vamos a poder romper esa inercia, porque los que dirigen son hombres, porque lo que ostentan son hombres, porque la dirección de las empresas está prácticamente con plantillas masculinas. Entonces esa inercia hay que romperla y eso no quiere decir ir en contra de ellos. No es que somos la mitad de la población, es que habrá talento suficiente en las mujeres para estar ahí. Entonces una cosa de equipo, de corresponsabilidad social. Pero no nos olvidemos que las grandes, las que estamos sufriendo la falta de conciliación, la falta de igualdad, somos nosotras. Pero yo claro que te voy a decir yo, yo lucho desde es un caso positivo. Yo si no hubiera sido por mi pareja, por él, que se ha responsabilizado del cuidado de sus hijas y ha estado muchas veces incluso más que yo, pues no pudiera estar aquí hoy. Y eso es clave, porque la corresponsabilidad no es un 50 50. La corresponsabilidad depende del momento. Habrá momentos en los que tengas que ser tú. Habrá momentos en los que tengas que ser él o ella. Pero se trata de compartir y de entender la responsabilidad en común.

25:44 Presentadora No es cosa de uno solamente

25:48 Laura Baena Para mí es súper importante implicar a los hombres y que se den cuenta de que tienen que ser parte de este movimiento, que tienen que ser parte de esta lucha por la conciliación y la corresponsabilidad y que se tienen que dar cuenta, sobre todo, de que los hombres tenéis unos privilegios que os vienen dados sólo por el hecho de ser hombres. Entonces, hasta que no os liberes de esos privilegios y deis el paso a romper esos silencios cómplices. A apostar por equipos diverso. Apostar por el liderazgo en femenino. No romperemos esa rueda en la que estamos atrapadas.

26:14 Presentadora Ahondando en este mensaje, ¿cómo crees que la conciliación ayuda a mejorar las conexiones personales?

26:18 Laura Baena Apostar por la conciliación es apostar por la vida, es apostar por la familia, es apostar porque hay otros usos del tiempo en nuestro día a día y es apostar por que al final seamos más felices trabajando. Eso que es el objetivo de todo el mundo. Ser feliz trabajando es fundamental. Si hay racionalización de los horarios, si hay posibilidad de apostar por el teletrabajo, por medidas efectivas de conciliación, si sientes que de verdad eres parte de un equipo diverso y que tiene esas condiciones también personales dentro de su propia filosofía de empresa, para mí creo que es una parte no solo de poder conciliar con tu vida personal, con tus hijos, con tus hijas, sino que va mucho más allá de crear equipos que tienen futuro y que trabajan bien juntos.

27:01 Presentadora ¿Cuáles son las claves que han hecho este movimiento tan fuerte?

27:03 Laura Baena Yo creo que realmente un poco las claves del éxito y de que Malas Madres haya conseguido dar voz y convertirse un poco en referente de la conciliación de la mujer y de la igualdad. Es partir de una verdad. Yo creo que realmente las malasmadres se sienten identificadas conmigo porque vivo a diario y he vivido esa renuncia. Muchas veces cuando comparto el yo no renuncio, que es el nombre de la asociación y de nuestra lucha. Muchas salen, salen voces que acaban de acercarse a la comunidad o a la asociación y dicen yo entiendo esa lucha y entiendo que digas eso, pero yo voy a tener que renunciar, yo ya no puedo más, yo estoy harta de luchar. Y yo le digo no, no, es que yo también tuve que renunciar y precisamente esa renuncia, pues realmente viene esa fuerza y esas ganas de seguir luchando para que ninguna mujer madre tenga que renunciar por el simple hecho de ser madre. Eso es lo que me mueve y yo creo que eso es lo que me conectó en primer lugar con las madres. Luego, para mí, creo que otra de las claves es el humor. Reírnos de nuestros intentos fallidos por ser malas madres. Reírnos hasta de la falta de conciliación. Reírnos de cuando llega un puente y estamos deseando que llegue el lunes para descansar del fin de semana y de los niños, de las niñas. Reírnos porque estamos deseando huir. Y huir es de malasmadres. Yo creo que toda esa filosofía también de desmitificar desde desdramatizar la situación, pese a ser situaciones duras que nos pueden llegar a emocionar y hacer llorar, también le da como una tranquilidad emocional de decir no estoy sola, no pasa nada, hay más mujeres que están sintiendo como yo y cuando te levantas por la mañana tienes que sacar fuerzas de donde no lo hay. Sabes que no eres la única y eso te hace mucho más fuerte. Aparte, es muy curioso porque malasmadres ha ayudado a mujeres en el día a día. Cada día ayudamos a miles de mujeres a través del teléfono, de la conciliación, a resolver sus dudas, acompañarlas, asesorarles. Las ayudamos a que no se olviden de ellas mismas, a que se cuiden, a que se quieran, a que se prioricen. Entonces es que esto va mucho más allá de una lucha por la conciliación, esto va de emociones, esto va de conectar a unas mujeres y a unas malasmadres con otras. Esto va de generar una gran familia que te hace sentir al otro lado de la pantalla que no estás sola cuando no puedes más.

29:13 Presentadora En Mejor Conectados nos gusta decir que “cuando conectamos somos capaces de hacer cosas increíbles”.

29:16 Laura Baena Yo creo que ese es un gran lema que conecta 100% con malasmadres y con cómo nace el movimiento y cómo se desarrolla en nuestra comunidad. A día de hoy es lo que nos mueve, porque a día de hoy siguen llegando más malasmadres que se acercan, incluso mujeres que se sienten malasmadres y no son madres, porque no nos podemos olvidar de todas esas mujeres que renuncian a la maternidad porque no existe la conciliación o porque no pueden en ese momento concreto. Yo creo que realmente ese lema mueve malasmadres y que nos hace ser cada día más grandes y poder llegar a más lugares. Porque hay una cosa también súper importante para mí en esto de las conexiones, que es que malasmadres y es una cosa que ya vas notando, porque yo siempre he sido mucho de crear bien el proyecto en España y de intentar que no salga hasta que no lo tengamos como muy asentado. Yo a día de hoy estoy en conexión con Ecuador, con Argentina, con Brasil. Ellas sienten que el movimiento Malasmadres tiene que estar allí y voy viendo cómo se van creando redes de malasmadres por el mundo. Entonces imagínate lo importante que es esa conexión que hay a través de una pantalla. El otro día dar una charla para las mujeres en Ecuador, el contestaba una entrevista para Brasil o estaba en una mesa de debate en Argentina. Es tan brutal ver cómo este sentimiento traspasa fronteras, traspasa pantallas y se va conectando con otros lugares que lo hace súper especial y emocionante.

30:42 Presentadora ¿Tú qué prácticas llevas a cabo para conectar con tu familia y mantener el equilibrio entre la vida personal y profesional?

30:44 Laura Baena Para mí para conseguir el equilibrio entre la vida personal, familiar y la vida profesional, que al final creo que es la clave de esta conciliación y no tener que renunciar a ninguna de nuestras M. En vez de mala madre y en vez de mujer. Es priorizar, cuidar de ti misma, hacer equipo con tu pareja, con la tribu, con la gente que está a tu alrededor, con esa familia, con esos amigos que te ayudan a ser mejor persona, a ser mejor madre, a ser mejor profesional y luego también conectar con tu empresa. Yo creo que también hay una parte de proponer en el mercado laboral distintas medidas que pueden ayudar a una mejora en la conciliación. Yo creo que cada una de nosotras tenemos que ser también activistas por la conciliación. Tenemos que dar un paso a la acción para mejorar esa vida familiar y laboral y sin olvidar lo personal. Nosotras desde malasmadres, yo siempre digo que tienes que luchar por la sociedad que quieres y yo creo que esa sociedad está esperando que tú también seas una parte activa, no solo que esperemos a que el cambio institucional, al cambio empresarial y al cambio que venga dado desde fuera.

31:49 Presentadora ¿Qué le dirías a una madre primeriza?

31:51 Laura Baena A una mala madre primeriza yo le diría que sea ella misma. Que viva la maternidad con libertad. Que no haga caso a los juicios externos. Que se deje llevar por su intuición de malamadre y su amor de malamadre y que sobre todo también se una al club de malasmadres y que siga gente que realmente le aporte. Porque hoy en día sí que es verdad que lo bueno de estar conectados con la red es que tenemos mucha información, que hay muchos expertos y expertas que son amigos maravillosos, que tienen, que dan aprendizajes y formación estupenda a través de las redes sociales y que eso ayuda mucho. Te hace sentir acompañada y te hace sentir que esas decisiones que tienes que tomar en el día a día son más fáciles. Pero sobre todo que nos relajemos, que vivimos con mucha tensión. Esto de la maternidad y la paternidad culpabiliza mucho a las madres y a los padres. Nos creemos que nuestro hijo es el mejor en todo. Sobre protegemos increíble a los niños y a las niñas hoy en día. Y yo creo que tenemos que estar un poco más tranquilas y tomarnos la vida y la maternidad con un poquito más de humor.

32:52 Presentadora Con la perspectiva que nos da este presente, desde el siglo XXI, ¿qué diferencia hay para ti entre las madres de antes y las de ahora?

32:54 Laura Baena Las madres de antes también se sentían malas madres. Y las madres que renunciaron a su carrera profesional y solo estaban al cuidado 24 horas, siete días a la semana. Imagínate como estaban las pobres mías, necesitaban terapia diaria y ahí sobrevivieron como unas campeonas. Entonces sí que hay diferencia, porque lo que ha cambiado es la situación social y laboral. Las mujeres de repente ya estamos en el mercado laboral, las mujeres estamos, llenamos las universidades y las mujeres estamos ahí al igual que nuestros compañeros. Pero llega la maternidad, de repente ocurre otra vez y se levanta el techo de cristal. Entonces yo creo que lo que les sorprende a las madres de antes, sobre todo, es que hayamos evolucionado tan poco y que estemos en esa situación de tener que renunciar. Yo creo que nos unen muchas cosas. Cuando eres mayor te das cuenta de que tu madre también era una mala madre y mi madre cerraba las persianas a las 20:00 de la tarde, en verano en Málaga, con el solazo. Y te decía ya es de noche, hay que dormir. Entonces al final tenía ese sentimiento malamadre. Luego me di cuenta que mi madre también institucionalizó la merienda cena, te ponía la merienda cena en una bandeja y decías pero esto que se acaba ya el día, estaba deseando que nos acostáramos. Ahora me lo reconoce, pero imagínate, es que yo las compadezco a las que criaron 24 horas, siete días a la semana. Yo creo que ahora no podríamos, porque ahora nos han educado de otra manera. Nos han educado a ser independientes, a ser libres, a tener nuestro espacio y nuestro tiempo propio. Pero luego también entramos en conflicto, porque el amor maternal está ahí. Y yo recuerdo la primera vez que me sentí como en ese conflicto del equilibrio personal y profesional, cuando mi hija mayor, mi hija Julia, me dijo Mamá, no llegaste esa noche a leerme el cuento… Yo estaba en un evento, en un trabajo de malasmadres o algo, y te sientes muy culpable y entonces le pides disculpas hasta que te das cuenta de que tienes que liberarte un poco de esa culpa y decir no, no es que lo que estoy haciendo es importante para mí, es que me gusta y realmente no me tengo que sentir culpable. Entonces ahí encontrar ese equilibrio es complicado, pero, pero hay que seguir luchando.

34:55 Presentadora ¿Cómo se relativiza y se afronta a presión social que hay por ser una madre perfecta y cómo eliminamos el sentimiento de culpa?

34:58 Laura Baena La culpa es el eje fundacional del Club Malasmadres. Yo creo que si no hubiera sentido culpable por todo. Yo me sentía mala profesional, mala creativa, mala madre, mala, mala hija, mala amiga, me sentía mala de todo. Pero cuando llega la maternidad es como un tsunami que te arrasa y de repente te das cuenta de que, de que no llegas a todo y de que esa capa de superwoman que tu planteabas cada noche no vuela de repente, se te cae todo y se te cae el mito de la madre perfecta, se te cae el mito de la superwoman, se te cae el mito de poder con todo y se te cae el mito de la conciliación, que es un cuento chino. Entonces, cuando te das cuenta de eso, lo que te das cuenta es que cuando te dan el bebé te dan una mochila que se llama culpa y tienes que vivir con ella. Es difícil liberarte totalmente de esa mochila llamada culpa. Alguna amiga tengo por ahí que la culpa no la siente mucho, pero normalmente tienes que hacer las cosas con culpa. Yo se lo digo a las malasmadres. Hazlo con culpa, pero hazlo. Cuídate con culpa. Pero cuídate. Lucha por tu carrera profesional con culpa, pero hazlo siempre y cuando tengas ese equilibrio. Y cada y cada una tiene un equilibrio distinto. Porque la conciliación no hay una fórmula mágica, no existe una conciliación. Lo que sirve para ti, no sirve para otra mujer. Cada uno tenemos que buscar cuál es nuestro equilibrio, hasta dónde queremos dar. En un momento de crianza queremos parar la carrera profesional porque ahora mismo no queremos tener los mismos objetivos. Sí que queremos porque además tenemos un apoyo, una pareja corresponsable que decide o tenemos un proyecto o una empresa donde nos facilitan esa conciliación. Pues dependiendo del modelo que cada una queramos desarrollar, tenemos que buscar cómo gestionar esa culpa, cómo gestionar ese equilibrio para no renunciar a lo que realmente para nosotras sea importante, que no tiene que ser lo mismo.

36:49 Presentadora Bueno Laura yo creo que lo tienes muy claro: la clave es conciliar, cuidar de una misma, preocuparse por los demás… y trabajar para estar conectados con quienes nos rodean y reivindicar el equilibrio. Un equilibrio en el que vida laboral y profesional vayan de la mano. Gracias, Laura, por estar en Mejor Conectados y habernos enseñado que no hay que dejar de luchar por la igualdad para que las mujeres no nos veamos obligadas a renunciar a ninguna de nuestras (M). Y gracias porque contándonos tu historia nos has hecho sentir parte de ese club de Malasmadres.

37:10 Laura Baena Muchas gracias. Seguimos aquí luchando por la conciliación y no renunciamos.

37:21 Presentadora Descubre más historias en podcast y síguenos en Spotify, Podimo, Apple Podcast, Google Podcast, iVoox y en mejorconectados.com. Este podcast es una iniciativa de Telefónica.

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