Telefonica logo
  1. Home
  2. Aprende
  3. La importancia de educar desde…

La importancia de educar desde el ejemplo

Lucía Galán

· Pediatra

Hoy queremos compartir con vosotros un tema muy importante en la crianza de nuestros hijos: cómo educar a un niño en buenos valores desde el ejemplo. Por ello, y como no podía ser de otra forma, contamos con una invitada de lujo experta en la salud física y emocional de los más pequeños.

Así es, se trata de Lucía Galán, o Lucía mi pediatra, como seguramente conocerás. La doctora infantil más conocida gracias a su forma de divulgar, acompañar y desmontar mitos en el cuidado de nuestros hijos. 

En este artículo vamos a abordar un tema que a Lucía Galán le parece básico en la psicología infantil y también en el apoyo a los padres para poder llevarlo a cabo. Hablamos de cómo educar a un niño. Sigue leyendo y descubre de primera mano los consejos que nos da Lucía mi pediatra para sentirnos seguros y confiados creando buenos valores para nuestros niños.

¿Quién es Lucía Galán?

Lucía mi pediatra, nuestra invitada de hoy, es uno de los mayores referentes en divulgación de salud pediátrica de España. Con más de veinte años de experiencia en su profesión, Lucía Galán es socia fundadora de Centro Creciendo donde pasa consulta y también guía a los padres para apoyar la salud mental de sus niños.

La faceta creativa de Lucía mi pediatra también es ampliamente conocida. Es autora de ni más ni menos que de trece libros con la Editorial Planeta y está incluida en la lista FORBES 2021, 2022 y 2023 como uno de los cien mejores médicos de España. 

Todos estos logros explican los más de un millón de seguidores con los que cuenta Lucía mi pediatra en Instagram, a los que orienta y actualiza sobre los últimos temas de salud pediátrica. Sin embargo, su labor no queda ahí, también trata el aspecto más emocional, las dudas naturales de los padres y las dudas sobre cómo educar bien a un hijo.

¿Cómo puedo educar a un niño en valores?

Al criar en el día a día nos preguntamos si lo estaremos haciendo correctamente y nos surgen dudas constantemente porque nadie nos enseña cómo educar bien a un hijo, como nos comentó Patri Psicóloga cuando hablamos con ella sobre la adolescencia. La buena educación y crear buenos valores para los niños es algo que debemos ir trabajando desde su nacimiento y Lucía mi pediatra nos da las claves para apoyar la salud mental de los niños. 

Educar con el ejemplo

Como comenta Lucía Galán, para aprender cómo educar a un niño es importante saber que somos el mejor ejemplo para nuestros hijos. Nuestras palabras, el tono de voz, nuestra forma de mirar a nuestros hijos, entre otras cosas, marcan una guía que nuestros pequeños entienden como una guía de actuación. Por lo tanto, incluso cuando no nos dirigimos a nuestros hijos, les estamos educando. 
Proyectar una mirada compasiva y amable con la gente que nos rodea hace que nuestros hijos también la adopten en su vida, así como promover la escucha de una forma activa para conocer la empatía. A pesar de ello, los padres somos humanos y no somos perfectos, debemos ser conscientes de ello y no exigirnos más allá de intentarlo. La verdadera enseñanza no está en el error, en la caída, está en lo que hacemos después. Por ello, hoy en día es tan importante educar en la era digital y fortalecer la autoestima.

Aprender a poner límites desde a asertividad

Para ser capaces de que nuestros hijos en un futuro sean adultos asertivos y respeten sus sentimientos es importantísimo poner límites hablando desde el sentir. Para ello, es necesario validar nuestros sentimientos y los de nuestros hijos y saber transmitirlos desde la empatía y el respeto porque en la vida se encontrarán con situaciones complicadas y deben saber manejarlas para protegerse.
La vida es una carretera en la que los niños necesitan límites para ir en la dirección correcta, asegura Lucía mi pediatra, y tomando las precauciones que necesitan, por ello, debemos guiarles y a la vez permitirles tomar sus propias decisiones cada vez más importantes según vayan cumpliendo edad.

Educando desde el lado amable de la vida

Educar en la amabilidad y en la realidad con el ejemplo, esa es la clave de la salud mental de los niños. Por ello, debemos evitar caer en el lamento constante y buscar el lado positivo de las cosas para que nuestros hijos también lo puedan ver y convertirte en inspiración para tus hijos. 

Como comenta Lucía mi pediatra, compartir momentos bonitos y amables con nuestros hijos es conectar con ellos y transmitir una seguridad que ellos necesitan para desarrollar buenos valores en los niños.

Transcripción

00:00 Lucia Galán Hola, soy Lucía Galán y hoy voy a hablarte de la importancia de ser y dar ejemplo a nuestros hijos.

00:19 Lucia Galán Soy pediatra, soy escritora y madre de dos adolescentes. Casi nada. Las experiencias nos impactan en muchas ocasiones para el resto de nuestras vidas. Yo llevaba una infancia muy feliz en Asturias, en Oviedo, y a los cinco años me diagnosticaron una enfermedad grave. Aprendí que el niño siempre está presente, que todo lo que se les está hablando entre los adultos, el niño lo está escuchando, lo está sintiendo, muchas veces lo está percibiendo de una manera completamente diferente a lo que es en realidad, porque no llega a entenderlo del todo. A los niños hay que explicarles las cosas y cuando se las explicas el niño está mucho más tranquilo. Entonces, para mí es muy importante hablar a los padres. Claro que sí, que me entiendan, pero es igual de importante conectar con el niño.

01:14 Lucia Galán Yo creo que cuando te conviertes en padre o en madre, una de las mayores preocupaciones de nosotros es lo haré bien, voy a educar bien a mi hijo, a mi hija. Tenemos que educar en la amabilidad. No sirve de mucho que nos leamos muchos libros sobre educación infantil. Disciplina positiva. Y luego encendemos el televisor y nos escuchan gritarle a la pantalla. Entonces, por supuesto que los docentes hacen una labor extraordinaria, pero nuestros valores y nuestra mochila de recuerdos la llenan nuestros padres. La educación de nuestros hijos se la damos nosotros a través de nuestras palabras, a través de nuestro tono de voz, a través de la manera que tenemos de mirar a los demás, de nuestra mirada compasiva y amable hacia las personas. Eso es lo que va a quedar para ellos para siempre. Educar a nuestros hijos en la amabilidad, en dar las gracias, en mirar a los ojos, en escuchar de una forma activa y escuchar de una forma activa, es apagando el móvil. No como me dijo a mí una vez mi hija con cuatro añitos. Mamá, mamá, mamá, escúchame, escúchame y yo con el móvil Escúchame. Y yo, cariño, que te estoy escuchando. No, escúchame, que te estoy escuchando. Que me escuches con los ojos así. Claro. Más claro. ¿Agua no?. Entonces el ejemplo educa. Claro que educa. Yo quiero que mis hijos sean buenas personas. Pero quiero que sean personas empáticas, sensibles, humildes, generosas, tolerantes. Y no hay manera de impactar y de llenar esa mochilita de ellos de valores. Si no lo ven en su casa, no la hay. No hay otro secreto. Para mí es muy importante enseñar a los niños a poner límites frente a acosadores, frente a ataques, frente a insultos ,porque es algo que va a estar en su entorno toda la vida. Cuando tú a un niño le enseñas a poner límites y hablar desde tu sentir, el otro niño aprende, aprende que lo que ha hecho no funciona de nada, que el ataque no tiene los efectos que él busca y también obtiene una enseñanza de eso. Cuando eres pequeñito les enseñas a poner el límite, a hablar con asertividad desde tu sentir, sin faltar el respeto. De ahí la importancia de ser elegante siempre. Mis hijos ahora en la adolescencia. Pero mamá, es que. Es que mira lo que te han dicho. ¿Por qué no? ¿Por qué no?. A veces yo que sé de alguien que insulta porque no le dices no, cariño elegante siempre. Cuanto más alto es el tono de la otra persona, cuanto más mala educación tú, más amable más elegante. Neutraliza completamente a la persona. Porque ya jugáis en ligas diferentes.

04:00 Lucia Galán Educar es la cara amable de la vida. Es absolutamente maravilloso y revelador cuando lo descubres. Yo siempre he sido partidaria de educar a nuestros hijo en la realidad, pero siempre desde ese lado amable y bonito, porque lo hay. Muchas veces los padres pecamos en caer en la queja continua, en el lamento. Fíjate, todo me pasa a mí. ¿Por ponerte un ejemplo, hace unos días vino una familia que tienen cuatro hijos y de distintas edades, y entonces yo les preguntaba bueno, y qué queréis ser de mayor? Y entonces el mayor dijo Yo quiero ser profesor como papá y el mediano, pues yo quiero ser policía. Y había una de las niñas dijo Pues yo, yo lo que quiero ser es peluquera, porque es que me encanta. Muy bien. Y cuando le pregunté al pequeñito que tenía cinco años me dice Pues yo, yo lo que sea, menos tener un trabajo. ¿Y le digo y eso por qué?. Estaban los dos padres Y por. Porque llega el domingo y papá y mamá están diciendo que rollo mañana a trabajar. Qué rollo, porque mi jefe, qué rollo. ¡Tengo que mandar un email y vienen de trabajar y dicen qué rollo! Y mañana hay que madrugar. Es que trabajar es un rollo. Lo que sea, menos tener un trabajo. Y claro, nos quedamos todos conectados. No justamente. ¡Y dijimos si es que qué razón!¿Qué transmitimos a nuestros hijos?. Busca ese lado positivo de tu trabajo, que seguro que lo tiene. Convierte todas estas horas que pasamos actualmente en el trabajo en inspiración para tus hijos. Así que cuidemos un poco el mensaje. Cuidemos un poco nuestras palabras. Nuestros niños nos están escuchando todo el día y seguro que hay momentos bonitos y amables de tu día a día que puedes compartir con ellos.

05:48 Lucia Galán No hay responsabilidad más grande que ser padre o ser madre. No la hay. No la hay. Y hay un ejemplo maravilloso de esto con los bebés pequeñitos, que yo se lo explico a los padres y se quedan maravillados, que es cuando yo tengo un bebé en la camilla los primeros cuatro o cinco o seis meses. El bebé no me conoce. Entonces cuando me acerco a él a ocultarle, pues lo primero que me hace es mirarme, me mira fijamente, no me reconoce. Yo ya tengo el fonendo en el corazón y entonces percibo cómo está. Taquicardia. El corazón va muy rápido porque el bebé está un poco en alerta y me mira. Entonces, en ese momento, el bebé lo que hace, lo primero que hace a los 5, 6, 7 u 8 meses, es buscar a mamá o papá. Si cuando mira a mamá o a papá se encuentra con una sonrisa, con un cariño, no pasa nada, estamos aquí. El bebé automáticamente vuelve a mirarme a mí y la frecuencia cardíaca hace pum, pum, pum. Y es… O sea, se me ponen los pelos de punta porque lo estás viendo con seis o siete meses. El impacto tan grande, la conexión tan maravillosa que tenemos con nuestros bebés es literal. Y esto empieza ahí y ya no termina nunca. ¿Y estamos conectados con nuestros hijos más allá de la vida y de la muerte, no? Un niño cuando nace, nace en un campo a través donde no hay carreteras ni hay nada. Si tú no le pones ninguna señal, si tú no dibujas una carretera, el niño va a ir creciendo y va a ir corriendo campo a través sin saber hacia dónde ir, donde nadie le ha explicado que está bien, que está mal, ni si va en la dirección correcta. Yo tiro millas; sin embargo, si tú marcas la carretera, que ojo, unas veces será más ancha, otras veces será más estrecha, pero quien hace la carretera eres tú. Si tú empiezas a poner señales cuando tú vas conduciendo por una carretera bien asfaltada, con las señales donde corresponde, uno se siente mucho más seguro. Pues los niños es exactamente igual. Cuantos más límites tengan, por supuesto, de una forma adecuada y de una forma consciente, van a caminar mucho mejor a lo largo de la vida y se van a relacionar de una forma mucho más sana con las personas que les rodean, incluidos los padres. Queremos ser padres perfectos de verdad. Queremos ser padres perfectos, no que soy una persona real y que las personas reales nos equivocamos no somos perfectas, Que la verdadera enseñanza no está en el error, no está en la caída, está en lo que haces después. Ser buena persona ya compensa, pero además tener la posibilidad de educar a buenas personas que encima van a ser tus hijos. Yo creo que no hay nada más maravilloso en esta vida. O sea, esto es inmenso, es inmenso.