Si hay una palabra que define a la jugadora de bádminton, Carolina Marín, es campeona. No solo por el cúmulo de victorias que ha sumado en el campo. También por la humildad y valores que lleva por bandera, pero sobre todo por convertirse en un hito y abrir el camino del bádminton en España.
La jugadora, Carolina Marín, se ha convertido en un referente deportivo del bádminton internacional. Su talento, su destreza deportiva y su perseverancia le han llevado a alcanzar el número 1 del ranking mundial de la BWF (Federación Mundial de Bádminton), a ganar 6 campeonatos europeos y 3 mundiales. Por si fuera poco, en 2016 se convirtió en campeona olímpica de bádminton, sumando a su ya larga lista de éxitos la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
¿Cómo llegó Carolina Marín a ser campeona de bádminton?
Carolina Marín era solo una niña cuando acompañó a una amiga a su clase de bádminton y descubrió lo que acabaría convirtiéndose en su deporte favorito. La raqueta pasó a formar parte de su rutina y con 13 años se convirtió por primera vez en campeona nacional de bádminton.
Poco después conoció a su actual entrenador, Fernando Rivas, una de las personas que ha acompañado a Carolina en cada uno de sus éxitos deportivos: “Sin cada uno de los miembros de mi equipo sería imposible conseguir cada una de las medallas que he conseguido”.
A pesar de que su trayectoria ha tenido más luces que sombras, dos lesiones de rodilla han interrumpido sus competiciones. La fuerza y el apoyo psicológico han sido claves para que la campeona olímpica de bádminton supere estas etapas sin perder la motivación. “Puedo, porque pienso que puedo” es el mantra que le ha impulsado incluso en los momentos más difíciles.
Esa fortaleza mental es la misma que está presente en cada uno de sus partidos. Cuando las preocupaciones entran al juego, Carolina lo tiene claro: “Tienes que confiar en ti misma, en el trabajo que haces a diario, en los entrenamientos”.
Sacrificios en el camino hacia el éxito
El camino hasta convertirse en campeona de bádminton no ha sido fácil. Carolina Marín empezó a hacer sacrificios desde bien temprano con el único objetivo de perseguir su sueño, sin siquiera saber si aquello acabaría dando sus frutos.
Han sido años de trabajo diario y esfuerzo en los que la campeona de bádminton española ha tenido que renunciar a muchas cosas. La primera de ellas fue su propia casa, que una joven Carolina Marín dejó atrás para zambullirse de lleno en el mundo del deporte.
Para ella, el entrenamiento físico ha sido tan importante como el psicológico. La fortaleza mental que ha desarrollado a lo largo de los años ha sido clave para sobrellevar lesiones, superar pérdidas y dejar fuera del campo cualquier preocupación, concentrándose exclusivamente en el juego.
Carolina Marín, jugadora de bádminton y mentora
Carolina Marín es un ejemplo a seguir para muchas jóvenes que, como ella, luchan por alcanzar sus sueños: convertirse en jugadoras profesionales de bádminton y llegar a su nivel.
Cristina Teruel, de 15 años, es una de ellas. Seleccionada para el Centro de Alto Rendimiento de Huelva, desde hace tres años tiene la suerte de contar con el mentoring de Carolina Marín a través del programa Mentor 10.
Mensajes, consejos y palabras de motivación son parte de este programa que une a dos mujeres con un mismo sueño. “Me veo muy reflejada”, confiesa la campeona olímpica de bádminton mientras contempla en la joven Cristina los que un día fueron sus primeros pasos.
¿Qué es Programa Mentor 10?
El Programa Mentor10 es un proyecto de la Junta de Andalucía que pone en contacto a jóvenes talentos deportivos con mentores reconocidos. Deportistas en edad escolar tienen la oportunidad de trabajar mano a mano con sus referentes para impulsar la fase inicial de sus carreras deportivas.
La campeona de bádminton española, Carolina Marín, es una de las deportistas de élite que forman parte del programa. A través de su experiencia, ayuda e inspira a los jóvenes y les muestra el camino que ha recorrido.
Así inspira a los jóvenes el Programa Mentor 10
Las enseñanzas de Carolina van más allá de la técnica o la destreza. Para llegar hasta donde está ella es necesaria también una cuestión de mentalidad: cómo superar la presión del día a día, dejar a tus amigos y familia atrás o combinar estudios y entrenamientos.
Además de ser un apoyo, y de compartir su conocimiento con ella, para Cristina su referente es también una clara fuente de motivación: “Carolina Marín para mí es una persona muy especial. Es única. Me encanta verla jugar y me parece que tiene un nivel impresionante. Me da ganas de seguir trabajando porque nada es imposible”.
Esta es la historia de la conexión entre Carolina y Cristina. Una historia de inspiración, superación y retos.