Todas las personas merecen vivir experiencias con las que crear recuerdos de por vida, sin embargo, para algunas, conseguirlo no es fácil. En ocasiones, las limitaciones personales son la barrera que les frena para cumplir sus sueños. Hoy hablaremos de las puertas que se abren para hacer realidad las metas de las personas con diversidad funcional y dejaremos atrás los frenos que se lo impiden.
Hablamos con una de las asociaciones que rompe con esa barrera, DisCamino de Santiago y con el alma de esta Javier Pitillas, ex sargento de la Policía Local de Vigo y ampliamente conocido por su apoyo a la solidaridad.
DisCamino nació en agosto de 2009 para ayudar a personas que tienen diversidad funcional o de otro tipo a hacer realidad su sueños. Su principal actividad se centra en ofrecer la posibilidad a estas personas de hacer el Camino de Santiago sobre ruedas con la ayuda de un copiloto en tándem a los volantes de un triciclo, lo que llaman el DisCamino de Santiago.
Este grupo de intrépidos se atreven con todo tipo de aventuras con las que sueñe la persona con diversidad funcional y siempre tienen en su boca una palabra que pone en marcha toda la maquinaria de actuación para cumplir un nuevo sueño: ¡Sí!
Se trata de una familia, como les gusta denominarse, de cuarenta pilotos que ha ido creciendo día a día durante estos 15 años de rodaje, y aún lo sigue haciendo. Gracias a su esfuerzo y sus ganas de compartir la ilusión con otras personas, han realizado más de 100 caminos cumpliendo los sueños de más de 500 personas con diversidad funcional.
Como nos cuenta Javier Pitillas lo más increíble del proyecto es la sensación de felicidad al llevar a cabo esta labor, así como la importancia de lo que cada compañero lleva dentro cuando va en el triciclo: ilusión, esfuerzo, compañerismo, superación y mucho más.
Gerardo, pionero y referente en DisCamino
DisCamino de Santiago tiene un origen muy especial, ya que su punto de partida coincidió con la llegada de un chico sordo-ciego a la plaza de Obradoiro, el culmen del Camino de Santiago. Este es Gerardo, pionero del DisCamino de Santiago y los peregrinos aventureros.
La historia comienza cuando este chico de Vigo contacta con Javier Pitillas para poner en marcha un reto al que estaba deseando enfrentarse: hacer el Camino de Santiago. Para ello, Javier nos cuenta las dificultades que encontraron para ubicar una bicicleta que cumpliera con todas las necesidades y medidas de seguridad que requerían. Finalmente se hicieron con ella por Internet, un triciclo con posibilidad de usar en tándem y conducir desde atrás, ya que Gerardo tenía discapacidad visual.
Cuando llegaron a Santiago, Gerardo le dijo a Javier la frase que marcó el inicio de DisCamino: «Busca más gente con problemas como yo para hacer el camino muchos años», para que otra gente pudiera disfrutar lo que él había disfrutado.
Con DisCamino, el tándem deporte y discapacitados se convierte en «ejercicio para el cuerpo y alimento para el alma», como asegura Javier Pitillas.
DisCamino: mucho más que actividades para personas con discapacidad
La asociación DisCamino de Santiago representa más que deporte; es compañerismo, retos compartidos y un proyecto de sensibilidad hacia la discapacidad y la diversidad funcional.
Pablo Paz, piloto de DisCamino, nos asegura que «ser piloto para mí, a día de hoy, es una vida nueva. Cada vez que vengo aquí y tengo que salir con un compañero, es una bendición». Esto nos muestra el valor de hacer equipo, conectar y superar adversidades juntos.
Desde DisCamino apuestan por la naturalidad frente a la diversidad funcional, por eso, van a colegios a dar charlas para mostrar a los niños y jóvenes esa realidad y ayudarles a normalizar esa situación. Esta sensibilidad les anima a mostrarse generosos y ofrecer ayuda cuando es necesario porque «la vida no es fácil para todos pero a pesar de la dificultad, puedes ser feliz», apunta Javier Pitillas.
Conectando discapacidad y deporte para cumplir sueños
Hacer el Camino de Santiago se convierte en un proyecto común, más allá de la situación o condiciones en las que se encuentre cada persona discapacitada, y eso solo consigue una cosa: unión. Al conectar discapacidad y deporte, DisCamino ha abierto un mundo de posibilidades físicas y emocionales que, antes, estas personas no habían podido vivir.
Antonio Muriel, otro de los protagonistas de este encuentro, nos cuenta lo que sintió al ver pasar los triciclos de DisCamino ya que tiene un hijo con parálisis cerebral y se visualizó viviendo esa gran experiencia con él. «Vi pasar los triciclos de DisCamino y dije, “tengo que ponerme en contacto con ellos como sea”».
Después de este primer encuentro con el equipo de DisCamino de Santiago, Pablo se puso manos a la obra para probarlo en primera persona y «la sensación de llevar a Adrián, a mi hijo, fue tan grande que dije “quiero seguir con esto”».
La importancia del deporte para personas con diversidad funcional o de otro tipo, con un compañero de aventura, sobrepasa los beneficios físicos habituales y crea unos vínculos afectivos que dan fuerza y estimulan el ánimo de estas personas. Discapacidad y deporte que se convierte en conexiones.
Normalizando todo tipo de discapacidades
La labor de apoyo y ayuda a las personas con diversidad funcional, a pesar de las dificultades que se encuentran por el camino, muestra cómo algo tan sencillo puede llegar a suponer la felicidad de una persona y de aquel que la acompaña.
El verdadero reto y lo verdaderamente importante es llegar a la meta disfrutando, esa es la filosofía de la asociación DisCamino de Santiago así como la normalización de la diversidad funcional en todos sus aspectos.
«Nunca pensé que iba a volver a sentir la velocidad en mi cara y esa satisfacción de ser consciente que lo que has conseguido es el resultado de un gran trabajo realizado a lo largo de todo un año», se sincera David Gil, peregrino aventurero de DisCamino.
«Con palabras no se puede decir, tienes que vivirlo», asegura Rosa Araya, otra de las peregrinas con diversidad funcional. DisCamino de Santiago es una forma de disfrutar y ver disfrutar, de participar de la felicidad de otra persona.
Esta ONG sigue haciendo realidad el sueño de Gerardo día a día y el de muchas personas que están dispuestas a vivir la vida sin restricciones sea cual sea su realidad. Porque cuando conectamos podemos hacer cosas increíbles.