«La pobreza es un problema humano, por eso tiene que tener una respuesta humana». Esta es una de las primeras reflexiones que escuchamos de uno de nuestros invitados, Jesús Alba Muñoz, presidente y cofundador de la asociación Bocatas, una organización de voluntariado en Madrid.
Se trata de «un grupo de amigos dedicados al acompañamiento integral de personas en exclusión social relacionadas con el mundo de la droga», como ellos mismos se definen.
Descubre la Asociación Bocatas: voluntariado y vínculos afectivos
La asociación Bocatas nace en 1996 de la mano de D. Jorge Dompablo. Un sacerdote coadjutor en San Jorge, Madrid, que se junta con varios amigos para preparar bocatas y repartirlos a las personas sin hogar de los bajos de A.Z.C.A.
Sin embargo, el objetivo no iba dirigido a tratar de solucionar la vida a estas personas, sino a crear conexiones y amistades que puedan hacer evolucionar su futuro y volver a reengancharse a la sociedad desde el cariño y la ilusión.
Todo comenzó en Madrid, pero Bocatas ONG fue creciendo poco a poco llegando a un barrio marginal tras otro. Desde Barranquillas en 2003, a Cañada Real de Madrid en 2009, a plaza Ópera de Madrid en 2021 y muchas más activaciones fueron haciéndose posible en el camino hasta hoy.
La tribu Bocatas, como les gusta denominarse, es reconocida actualmente como una asociación que va mucho más allá del reparto de comida, ya que tiene una meta mucho más fuerte y amplia: dedicarse a la gente más pobre de nuestras sociedades para generar y transmitir alegría a través del respeto, el apoyo y la dignificación de las personas.
A través del reparto de comida, crean puestos voluntarios llevados a cabo por personas en situación de exclusión que refuerza su autoestima y les recuerda su valía para una posible reinserción social. Así aprenden cómo salir adelante.
«Los que vienen entran siendo una persona y salen siendo otra», nos asegura Juan Benito Adolfo Veliz de Villa Jauregui, uno de estos voluntarios.
Ayudando a los más necesitados en barrios marginales de Madrid
Nada frena las ganas de ayudar a los demás, eso nos dice el presidente de la fundación Bocatas mientras nos habla de cada barrio marginal de Madrid en el que han entrado para ofrecer no solo comida, sino también amistad a su gente. Esto nos lleva a la necesidad que tiene el ser humano de crear lazos de valor en forma de relaciones, es decir, cohesión social.
Cañada Real de Madrid
Un ejemplo de ello es la Cañada Real de Madrid, un barrio marginal en forma de poblado emergente al que la asociación Bocatas decidió entrar para aportar su granito de arena en 2009.
Todos hemos oído hablar de esta zona, pero muchas personas no tienen claro qué es la Cañada Real. Sin embargo, es el mayor asentamiento irregular de España, en el que viven más de 7000 personas.
En él, además de crear conexiones, los voluntarios de Madrid descubrieron lo que es el mundo marginal y encontraron la forma de aportarles mucho más que un plato de comida entablando relaciones que les sacaban de su complicado día a día. Estas relaciones de amistad que se crearon en 2009 a día de hoy siguen existiendo.
Plaza Ópera
Otro de los puntos destacados en el que está presente Bocatas ONG desde hace un año y medio es la plaza Ópera de Madrid, tras una alerta que pusieron encima de la mesa dos de los voluntarios de la asociación. Ellos fueron ayudados cuando más lo necesitaban y ahora están al otro lado, arrimando el hombro y apoyando la filosofía de Bocatas, aplicando la amistad como método.
El objetivo que perseguían llegando hasta esta céntrica plaza de Madrid es el de conectar con el alma humana de las personas de la zona que lo necesitan, es decir, ayudar a los demás desinteresadamente. Hacer posible que sientan que existe una sociedad que les quiere, que tienen amigos para los que ellos son importantes.
Como dice Esperanza Sánchez Gallego, voluntaria de Bocatas, «todos tenemos necesidad, todos estamos llamados a lo mismo, a ser felices». Todos somos humanos con necesidades sociales primordiales para nuestro desarrollo y nuestra felicidad.
Y así lo corrobora el voluntario Juan Benito Adolfo Veliz de Villa Jauregui: «Al principio me ayudaban, luego se convirtieron en mi familia».
Ayudar a los demás sin esperar nada a cambio
De eso trata la labor de la asociación Bocatas; un grupo de amigos que forman un voluntariado en Madrid a través del cual crean conexiones con personas en dificultades ayudándoles a reinsertarse en la sociedad. Gracias a Bocatas, crean relaciones tanto dentro, haciéndose voluntario, como desde fuera para observar un futuro posible.
Se trata de una forma de dignificar a las personas y hacerlas ser conscientes de su valor y sus capacidades. Así, gracias a la participación ciudadana en ONGs como Bocatas, se logra que estas personas en situación desfavorable puedan salir adelante de una manera mucho más activa. Poco a poco las conexiones se convierten en grandes familias que nos impulsan a creer en nosotros mismos para dar lo mejor.
Al final, todo se reduce a transmitir el espíritu del compañerismo, el aprendizaje, la autoestima y la amistad para dignificar a las personas y salir adelante. La fundación Bocatas cumple con su compromiso y no deja a nadie atrás apostando por cada persona y así lo quieren seguir haciendo a lo largo de los próximos años.