Sentirse desconectado del mundo y tus seres queridos supone un impacto muy grande para las personas, su desarrollo y su felicidad. Cuando nos sacan de nuestro entorno, nos enfrentamos a situaciones difíciles de manejar y, al quitarnos la libertad, nos despojan de lo más importante que tenemos.

Hoy abordamos, de la mano de sus protagonistas, una realidad que han vivido miles de personas en Colombia. Su historia refleja cómo todo un país se enfrentó al terror durante décadas y cómo fueron capaces de afrontar los momentos difíciles a través de la conexión con el mundo gracias a la radio. De la llamada intercomunicación de la que ya hablábamos con Iñaki Gabilondo en nuestra pasada entrevista.

El origen de este terror estaba en las FARC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la organización guerrillera denominada terrorista que basaba su ideología en el marxismo-leninismo y del bolivarianismo. Las FARC fueron fundadas durante el conflicto armado civil de Colombia en 1964 con el objetivo de implantar reformas que impactaran directamente con las desigualdades sociales, la política, la economía y la presencia militar de Estados Unidos en Colombia.

Durante sus años de terror, fueron responsables de más de 200.000 asesinatos según el Centro Nacional de Memoria Histórica. Finalmente, la organización terrorista llegó a su fin en 2016 con los Acuerdos de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC.

Sin embargo, su conflicto armado tuvo mucho más alcance ya que, por desgracia, consideraban una táctica de guerra el secuestro, que ha afectado a miles de personas, como funcionarios, periodistas, empresarios, políticos o ciudadanos extranjeros, haciéndoles vivir momentos realmente duros. Uno de los secuestros más conocido y recordado fue el de la política colombiana Ingrid Betancourt.

En esta entrevista, hemos tenido la oportunidad de hablar con ella y otras personas que sufrieron esta terrible experiencia para conocer cómo atravesaron esos momentos difíciles y en qué se apoyaron: la radio, su ventana a la libertad.

Los momentos más difíciles de Ingrid Betancourt

Ingrid Betancourt es una politóloga y política colombiana con ascendencia francesa. Fiel defensora de los derechos humanos y activista, dedica su vida a la política, como ya hacía antes de su terrible experiencia.

Para conocerla un poco más, hablamos con Ingrid en nuestra entrevista y nos cuenta que fue secuestrada por la guerrilla de las FARC en 2002 mientras realizaba una visita a San Vicente de Caguán. Esta zona estaba en constante peligro, sin embargo, Ingrid Betancourt, junto a su asesora Clara Rojas, apostó por sus ideales.

En nuestra charla, nos cuenta cómo durante su cautiverio fueron capaces de hacer que se sintiera totalmente desconectada del mundo que conocía. Sin embargo, «había que encontrar una válvula de escape», nos asegura, y añade: «Prender el radio era la ventana a la libertad. Lo que me permitía sentirme un ser humano». Una muestra de cómo afrontar los momentos difíciles con lo que tienes adaptándote a las circunstancias.

Ingrid Betancourt fue liberada el 2 de julio de 2008 tras más de 6 años de cautiverio y se convirtió en un símbolo de los secuestrados. Tras una vivencia así en la que te enfrentas a situaciones difíciles, es importante centrarte en tu entorno y pedir ayuda para aprender cómo salir adelante.

Paché Andrade: «Libertad para todos los secuestrados de Colombia»

En nuestra sesión, tenemos el enorme placer de conocer en persona al periodista deportivo Paché Andrade, que nos cuenta su cercana experiencia con las FARC ya que un alto directivo de su empresa también fue secuestrado y vivió momentos difíciles.

Esta persona le abrió los ojos y le hizo ser consciente de una realidad en la que él podía tomar partido, aunque solo fuera con su voz. El directivo le aseguró que cada vez que los guerrilleros permitían a los secuestrados escuchar la radio, era petición popular que fuera la retransmisión de sus partidos de fútbol.

En ese momento, sintió que tenía que ser consecuente con los momentos duros que esas personas estaban viviendo, y en cada inicio de partido decía: «¡Estamos recordando a todos nuestros hermanos secuestrados!». Y concluía con energía y esperanza tras cada finalización de los partidos: «¡Libertad para los secuestrados de Colombia!».

Estas palabras eran una inyección de adrenalina para los secuestrados por la guerrilla, por ello, en un envío de prueba de vida, los secuestrados pudieron hacerle llegar una carta escrita con el corazón a Paché Andrade, en la que se podía leer: «Afortunadamente, existe la magia de la radio. Cuando la guerrilla está de buenas pulgas, nos permiten gritar el gol, y cuando es un gol de Colombia, lo hacemos todos». Esta carta, a día de hoy, aún impacta al periodista.

Un símbolo de unidad y de esperanza en los momentos difíciles

El poder que tuvo la radio en estos momentos duros para los secuestrados fue de salvavidas y conexión con la civilización. Las palabras que salían del aparato curaban y les empujaban a pensar cómo salir adelante en esos momentos difíciles.

«Allá no pasaba el tiempo, no corría, estábamos congelados», asegura Alan Jara, secuestrado durante 8 años, quien contó 2.760 noches de cautiverio. Se sincera y nos cuenta que habla de noches, ya que eran las horas más duras.

Alan Jara es ingeniero y político colombiano y el 15 de julio de 2001 fue secuestrado mientras viajaba en coche. En nuestro encuentro, nos habla de cómo el deporte, en especial el fútbol, acercaba a ambas partes, secuestradores y secuestrados, aunque fuera en una situación extrema: «Tenían prohibido hablar con nosotros pero solo nos preguntaban por deporte. Ellos con fusiles, nosotros por cadenas pero sufriendo por el mismo equipo». Un claro caso de cohesión social frente a la situación.

Así descubrieron cómo salir adelante a través de su habilidad para transportarse y disfrutar de un partido desde la selva y robarle tiempo al secuestro.

Cuando conseguimos conectar, podemos hacer cosas increíbles y la radio lo hizo posible.