El compromiso consigue cosas increíbles, y eso es algo que descubrieron de primera mano las medallistas olímpicas de hockey hierba femenino en 1992. Elisabeth Maragall, Teresa Motos, Maribel Martínez de Murguía y el resto de jugadoras de la selección española hicieron suyo el sueño de hacer historia en los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Hoy, en Mejor Conectados, y 30 años después de este enorme hito deportivo, nos cuentan su camino hasta la medalla de oro. Un viaje a través del esfuerzo, la confianza y la superación en el hockey femenino.
Equipo de hockey hierba femenino, camino a los JJ. OO. de 1992
A principios de los años 90, España era el centro de todas las miradas, ya que albergó dos de los grandes eventos internacionales más destacados: la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos del 92 en Barcelona. La apuesta por la innovación y la globalización hizo que se creara un ambiente de esperanza y progreso en la sociedad que llegó hasta el mundo del deporte. Sin embargo, hasta la celebración de los Juegos Olímpicos, no fuimos conscientes de lo que realmente éramos capaces.
Todo comenzó en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde al equipo de hockey hierba femenino se le presentó una gran oportunidad: la posibilidad de acudir a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Tenían un buen antecedente, acababan de quedar en una esperanzadora, aunque modesta, quinta posición en la Copa Mundial de Hockey Femenino de 1990. ¿Significaría eso que tenían posibilidades?
Maribel Martínez de Murguía, exjugadora, campeona olímpica y actual entrenadora de talento, rememora ese día de 1991 y nos cuenta el momento en el que el seleccionador, José Manuel Brasa, se dirigió a la pizarra y presentó tres posibles objetivos al equipo, con sus costes y beneficios:
- Participar en los juegos.
- Pelear por la quinta posición.
- Ir a por la medalla olímpica.
Tres opciones que ponían a prueba las aspiraciones de las jugadoras y su vida tal y como la conocían. Había una decisión que tomar y estaba en manos del equipo de hockey hierba femenino.
Virginia Ramírez, exjugadora, habla de los sacrificios que se les plantearon con este gran reto si tomaban como objetivo ir a por la medalla olímpica. Suponía un compromiso completo y un cambio de vida a todos los niveles, dejando en pausa estudios y trabajo por cumplir un sueño. En palabras del seleccionador, para alcanzar este escenario sería necesario un «plan inhumano».
Tras media hora de deliberación, Mercedes Coghen, exjugadora y capitana del equipo de hockey hierba femenino desde 1985, comunicó al seleccionador y al equipo técnico la gran decisión de «ir a por todas». Pero como puntualiza, convertir un equipo amateur en un equipo a la altura de unos juegos olímpicos, requiere más que compromiso.
Sin embargo, «cuando incluyes a la gente en una toma de decisión tan importante como esta, la decisión se vuelve compartida y la sientes tuya». Nos explica Maribel Martínez de Murguía.
Así pusieron en marcha el famoso plan inhumano que supuso trasladar a todo el equipo a Tarrasa, Barcelona, ciudad con gran tradición y afición por el hockey hierba. Allí vivirían concentradas y completamente comprometidas con unos entrenamientos de élite para alcanzar su objetivo. Era un sacrificio que estaban dispuestas a asumir para dar presencia a las mujeres en los Juegos Olímpicos. Años después podemos ver su estela en otras deportistas como la campeona olímpica Carolina Marín, en bádminton.
«Yo era competitiva. Me decían “tenemos que hacer esto” y lo hacía», se sincera con nosotros Mariví González, exjugadora y portera. Muestra del esfuerzo y las ganas por ir más allá del equipo.
Teresa Motos
Una de las jugadoras que representa esa tenacidad que llevó al equipo al oro olímpico fue Teresa Motos. Comenzó en el hockey hierba femenino con tan solo 10 años y 5 años después fue fichada por el equipo juvenil de la Real Sociedad, hasta llegar a la selección española de hockey hierba femenino.
En nuestro encuentro, comenta la realidad del propósito al que querían llegar para alcanzar la medalla olímpica: «había que entrenar mucho, renunciar y esforzarse, y no iba a ser cómodo».
Nada estaba garantizado, solo contaban con el apoyo del equipo técnico, el seleccionador y sus propias ganas y confianza.
Elisabeth Maragall
Por otro lado, Elisabeth Maragall, también exjugadora, es bisnieta del poeta Joan Maragall y sobrina del político Pasqual Maragall. Su actuación en el equipo fue totalmente decisiva al ser la autora del gol que dio la victoria a la selección española de hockey hierba femenina en los Juegos Olímpicos de 1992.
Su decisión de entonces en el juego se ve ahora reflejada en sus palabras: «teníamos una oportunidad» y fueron a por ella.
Todo esfuerzo tiene su recompensa
En el verano de 1992, el Estadio Olímpico de Tarrasa fue testigo de la gran victoria de la selección española frente a la selección alemana. El gol decisivo de Elisabeth Maragall en la prórroga fue la respuesta a años de esfuerzo y dedicación plena. Para alegrarte al ganar tienes que haber perdido, y perder también es un aprendizaje, como nos trasladó la reflexión de Pedro Delgado, ciclista profesional y ganador del Tour de Francia, en nuestro encuentro para Mejor Conectados.
En estos Juegos Olímpicos de Barcelona, España consiguió 22 medallas, 8 de las cuales fueron ganadas por equipos femeninos, lo que visibilizó el talento de las mujeres en el deporte y dio un giro de 180° al statu quo de la época. El compromiso en el deporte no solo tiene presencia masculina, también femenina.
Porque todo esfuerzo tiene su recompensa si crees en ti mismo, te apoyas y conectas con los tuyos para ir a por una meta común. Estas jugadoras apostaron todo por el hockey femenino, aunque no tenían garantías, y alcanzaron una medalla que nadie esperaba. En pocas palabras: hicieron historia.
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