Este 2024 se celebra el centenario de Eduardo Chillida y nosotros hemos querido rendirle homenaje con este espacio. Hoy, en Mejor Conectados, hablaremos de la obra y la vida de Eduardo Chillida y redescubriremos la obra de uno de los escultores más influyentes del siglo XX.
Descubriendo a Eduardo Chillida
Reconocido mundialmente por sus monumentales esculturas y su capacidad para dialogar con el espacio, Chillida sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas y amantes del arte público. A través de su obra, el escultor vasco exploró el vacío, la luz y la relación entre la naturaleza y la arquitectura, dejando un legado que hoy perdura tanto en los espacios públicos como en el emblemático Chillida Leku, su museo en Hernani.
Eduardo Chillida nació en San Sebastián en 1924 y comenzó su carrera artística en la arquitectura, pero pronto encontró su verdadera vocación en la escultura. Desde el inicio, Chillida supo que los materiales como el hierro y la piedra iban a ser su seña de identidad y que se convertirían en centrales en su producción artística.
A día de hoy, Chillida es referente en escultura dentro del arte contemporáneo y ha sido reconocido y galardonado en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera tanto nacional como internacionalmente. Como podemos ver, ser capaces de hacer posible la creatividad en el trabajo, como hacía Chillida, nos motiva a crear desde el corazón.
Conexiones que le llevaron a lo más alto
El éxito de Eduardo Chillida no se puede entender sin las personas que lo acompañaron en su camino y conectaron con él en distintas etapas. A lo largo de su vida, el escultor se encontró con figuras clave que lo ayudaron a alcanzar reconocimiento internacional pero también a formarse como persona y artista, lo que después dio vida a su obra.
Pilar Belzunce
Quizá, la persona más importante de su vida y de su carrera como artista, su esposa. Pilar Belzunce fue su apoyo incondicional y su figura central. Desde su matrimonio en 1950, ambos fueron confidentes y colaboradoras. La influencia de Pilar en la carrera de Eduardo Chillida fue crucial, no solo en el plano personal, sino también en la gestión de su obra y legado.
Aimé Maeght
Aimé Maeght, galerista y editor de arte francés, fue uno de los grandes impulsores de la carrera internacional de Chillida. La colaboración con Maeght le permitió exponer su obra en galerías de renombre y establecerse como uno de los escultores más importantes de su tiempo. Gracias a esta conexión, Chillida comenzó a exponer en la Fundación Maeght en Francia, un espacio que, a día de hoy, sigue acogiendo obras de artistas contemporáneos destacados.
Manuel Illarramendi
En los primeros años de la carrera de Eduardo Chillida, este nombre fue clave en su desarrollo. El herrero y artesano guipuzcoano Manuel Illarramendi fue un aliado que mostró al joven escultor las técnicas de forja que se convirtieron en la base de su escultura. Además, la conexión con Manuel marcó el camino a Chillida en su exploración del hierro.
Patricio Etxeberria
Una de las últimas conexiones de las que vamos a hablar, es Patricio Etxebarria. El empresario y amigo Chillida fue otro de los colaboradores clave en su trayectoria. Su empresa metalúrgica en Legazpi facilitó al escultor los recursos y el apoyo técnico necesarios para crear increíbles esculturas en acero.
Características de las obras de arte públicas de Eduardo Chillida
Las obras de Eduardo Chillida son totalmente reconocibles, llevan su seña de identidad y tienen la capacidad de dialogar con el entorno y darle vida al espacio público. Invitan al espectador a interactuar y reflexionar sobre el espacio y la naturaleza. Además, se caracterizan por un profundo respeto hacia el entorno con el que se integran, creando experiencias visuales y sensoriales únicas.
Entre las obras de arte público de Eduardo Chillida más conocidas y reconocidas entre los críticos de arte, se encuentran el Peine del Viento y el Elogio del Horizonte. Robustez y sensibilidad, la mezcla perfecta. Ambas esculturas se convierten en símbolos de la conexión entre el arte, la naturaleza y la comunidad creando un impacto social al alcance de todos.
Chillida Leku: mucho más que el museo de Chillida
Chillida Leku es mucho más que un museo, es un espacio en el que el arte y la naturaleza se fusionan en igualdad de condiciones. Fue inaugurado en 2000 como un proyecto casi emocional y muy deseado por Eduardo Chillida y su familia.
Chillida Leku está situado en un caserío tradicional vasco, en Hernani y alberga tanto esculturas monumentales como dibujos y obras en pequeño formato para acercar al artista a todos los visitantes. Además, actualmente y gracias al patrocinio de Telefónica a la obra del artista con motivo del centenario de su nacimiento, puedes disfrutar en el museo Chillida Leku de una colección increíble de piezas únicas. Una exposición que podrás disfrutar hasta el 12 de enero de 2025.
Lo que distingue al museo Chillida de otros espacios de arte es su enfoque en la experiencia inmersiva. En este museo, el visitante no solo contempla las obras, sino que se sumerge en un entorno en el que el arte y la naturaleza se fusionan. El recorrido por el museo Chillida Leku se convierte en una meditación sobre el espacio, el tiempo y la interacción entre el ser humano y su entorno. Las obras Chillida Leku, tanto en los jardines como en los interiores, reflejan la esencia de la filosofía artística de Eduardo Chillida, centrada en el equilibrio entre la materia y el vacío.
El legado de Chillida contempla su obra, su vida pero también sus conexiones con el mundo del arte y las personas que lo componen así como su familia. Sin todas esas personas, Chillida no sería posible y su arte nunca hubiera sido lo que ha llegado a ser. En el año del centenario de su nacimiento, celebramos todo lo que nos hace sentir con sus creaciones y poder visitar el maravilloso museo Chillida Leku.
Con historias como estas vemos cómo cuando conectamos somos capaces de hacer cosas increíbles.