Decir que el perro es el mejor amigo del hombre puede parecer un tópico, pero en realidad es quedarse corto. Los perros no solo son compañeros leales, sino aliados clave en terapias que mejoran la calidad de vida de muchas personas. Un buen ejemplo de ello es Perros Azules, una ONG que desde el 2012 realiza terapias asistidas con animales en multitud de proyectos sociosanitarios.
Desde Mejor Conectados quisimos conocer más sobre su labor. Para ello hablamos con Luz Jaramillo, directora de la organización, y con algunas de las personas con las que colaboran.
¿Qué es la asociación Perros Azules?
Perros Azules es una asociación sin ánimo de lucro especializada en terapia con perros. Detrás de Perros Azules se encuentra un equipo multidisciplinar formado por Luz, Juan, Elena y Gonzalo, cuatro profesionales especializados que son el motor principal de la ONG y los responsables de llevar a cabo las intervenciones asistidas con animales. Estos expertos no solo entrenan y preparan a los perros de terapia, sino que diseñan, planifican y ejecutan cada programa adaptado a las necesidades de los pacientes. Con formación específica en áreas como educación, intervención social y adiestramiento positivo, el equipo de Perros Azules trabaja en estrecha colaboración con los pacientes, sus familiares y los profesionales de las instituciones donde se realizan las terapias.
Como explican en su web, su objetivo es contribuir al desarrollo de las diferentes capacidades en los niños y adultos que participan en sus programas creando un entorno rico en estímulos que permita mejorar sus habilidades con la ayuda de los perros de terapia. En la actualidad la ONG desarrolla su trabajo en dos grandes ámbitos: el sanitario y el educativo.
En el ámbito educativo, Perros Azules lleva a cabo programas de educación asistida con animales en centros educativos de infantil y primaria. También trabajan en centros específicos con menores que están dentro del espectro autista (TEA).
En el campo sanitario, la ONG mantiene programas en diferentes hospitales, tanto públicos como privados. Entre sus colaboraciones destaca la Fundación Aladina, con quien trabajan en unidades de oncología pediátrica y cuidados paliativos. También colabora en la unidad de salud mental del Hospital Gregorio Marañón, concretamente en el área de salud mental infantil y adolescente, dónde participa en varios programas de intervención en conjunto con los profesionales sanitarios.
Luz Jaramillo nos explica el papel de los perros de terapia en su labor: «Nosotros trabajamos con perros por lo que son y por lo que nos aportan desde su propia especie. Son perros que están entrenados y están adiestrados como perros de terapia, pero les dejamos ser muy perros porque es ahí justo cuando se despliega toda su magia y aprendemos continuamente de ellos en las sesiones.»
Beneficios de las terapias asistidas con animales
Los beneficios de las terapias asistidas con animales son notables, empezando por un cambio de actitud en los pacientes. Así lo explica Luz: «Lo primero que vemos es una mayor activación en sus ganas de participar y en las propuestas que les realizamos.»
Estos son otros beneficios avalados por numerosos estudios científicos:
- Reducción del estrés y la ansiedad: La interacción con animales reduce los niveles de cortisol (la llamada hormona del estrés) y promueve la liberación de oxitocina, que genera sensaciones de calma y bienestar.
- Fomento de la interacción social: Las terapias con animales son efectivas para romper barreras sociales, especialmente en personas con trastornos del espectro autista o aislamiento social.
- Mejora del estado de ánimo: Está documentado que la presencia de animales puede mejorar los síntomas de depresión y generar emociones positivas, ayudando a recuperar la ilusión.
- Estimulación física: Las terapias asistidas con animales se utilizan en rehabilitación para estimular el movimiento y mejorar la motricidad gruesa (equilibrio, postura y coordinación mediante el juego con los perros) y la motricidad fina (movimientos precisos, como cepillar o alimentar al animal).
- Desarrollo de habilidades cognitivas:Hay investigaciones que sugieren beneficios en memoria y atención, especialmente en adultos mayores y niños con necesidades especiales, pero es un área en desarrollo.
- Promoción de la empatía: Estudios han demostrado que las interacciones con animales pueden fomentar comportamientos empáticos, especialmente en niños.
- Apoyo emocional en situaciones difíciles: Las terapias asistidas con animales han demostrado ser especialmente efectivas en cuidados paliativos, proporcionando consuelo y apoyo emocional. Son los conocidos perros de acompañamiento emocional, cada vez más habituales en terapias psicológicas.
- Efectos positivos en trastornos de salud mental: Los perros de terapia también se utilizan en casos de ansiedad, estrés postraumático y depresión, con resultados positivos en diversos estudios.
Rompiendo la rutina
Además de los beneficios para la salud, Perros Azules supone un estímulo para los pacientes. Médicos y familiares relatan cómo los pacientes consiguen olvidarse de sus problemas y esperan con entusiasmo la visita de sus “amigos peludos”.
Como destaca Luz: «El tema de conversación entre los pacientes ya no es su situación actual de salud, sino que ya empiezan a ver otras cosas de las que hablar: “Van a venir los perros”, “La semana pasada hicimos esto”, “Esta semana, a ver quién viene, quién no viene”.»
Esta desconexión de la monótona rutina hospitalaria, combinada con el trato con los perros se traduce en un estímulo emocional clave para el bienestar de los pacientes.
Impacto en la salud mental de los más pequeños
Dentro del campo de la salud infantil, las intervenciones de Perros Azules han tenido un impacto directo en niños y adolescentes:
En psiquiatría infantil y adolescente está el ejemplo del Hospital Gregorio Marañón, donde las sesiones con perros han mostrado resultados significativos. Los adolescentes manifiestan cambios positivos al finalizar las sesiones, y tanto los profesionales como las familias destacan los beneficios observados.
En cuidados paliativos pediátricos, la presencia de los Perros Azules no solo es un motivo de alegría, sino que ayuda a relajar a los niños y a fortalecer las interacciones entre ellos, sus familias y los equipos médicos. En algunos casos, incluso se ha observado que estas intervenciones contribuyen a acelerar la recuperación de los pacientes.
Luz lo resume a la perfección: «Perros Azules para mí es amor. Son compañeros de trabajo que traen aire fresco y otra forma de intervenir y de estar. Es una experiencia la verdad maravillosa para los chavales, que al fin y al cabo es lo que más importa. »
Los perros de terapia ya han demostrado su valor, dando apoyo emocional, reduciendo la ansiedad y mejorando la calidad de vida de las personas que interactúan con ellos. No sabemos en qué otros ámbitos de nuestra vida podrán acompañarnos estos amigos peludos, pero si algo queda claro es que tratar con perros nos hace más humanos.