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El síndrome de burnout: desconectar para conectar

Cristina Mitre

· Periodista

Hoy tenemos a una invitada especial, Cristina Mitre, periodista, podcaster y escritora. Es autora los pódcast Cristina Mitre y Mujeres que corren y su carrera periodística dice mucho más de ella de lo que podemos decir nosotros: más de 20 años a sus espaldas, ha sido editora de belleza de la revista InStyle, directora de belleza de ELLE España y directora de la revista Women’s Health en España y Portugal.

Hoy charlamos con Cristina Mitre sobre un tema que, por desgracia, está a la orden del día: síndrome de burnout. ¿Lo conoces? Sigue leyendo y te contamos qué es y cómo identificar los síntomas del burnout.

¿Qué es el burnout?

Hemos oído hablar de este término muy a menudo en los últimos años. Pero, incluso habiéndolo sufrido, se nos complica saber qué es el síndrome de burnout y cuáles son sus síntomas. 

Gracias a Cristina Mitre, vamos a empezar describiéndolo. El síndrome de burnout es el agotamiento físico, mental y emocional que puede llevar a un colapso mental a una persona. Así lo sufrió nuestra protagonista, y nos lo cuenta sorprendida de no haber sido capaz de identificarlo aun dedicándose a tratar temas de bienestar y salud.

Burnout, síntomas físicos y mentales

El bienestar psicológico no es algo que debamos dar por hecho, asegura Cristina Mitre. Ella no fue capaz de ver los síntomas previos al síndrome del burnout que padeció, no conectó con ellos hasta que ya experimentó la crisis. 

Para ayudarte a conocer los síntomas del burnout, mencionamos algunos de los más frecuentes, como parestesias, es decir, sensación de ardor y hormigueo en la piel, pérdida de visión de un ojo, falta de apetito, insomnio, etc. Estos son solo algunos de los síntomas del burnout, pero existen otros. Además, en cada persona se puede representar de una forma diferente.

Sin embargo, este desajuste en el bienestar psicológico va más allá. Puede hacer que incluso el individuo que lo está viviendo se sienta culpable de no ser capaz de solucionarlo por sí solo y no haberlo identificado antes. 

A pesar de ello, debemos entender que se trata de una enfermedad más que no está en nuestra mano controlar. Es importante tener las herramientas suficientes para pedir ayuda y, a partir de ahí, aprender a cuidarnos tanto en lo físico como en lo psicológico, como comenta Cristina Mitre. Esto es autocuidado.

Desconectar para conectar

Cuando Cristina Mitre pasó por el síndrome burnout, decidió compartirlo en su blog ya que pensaba que no daba el perfil. Esta sensación la viven muchas personas que sufren este síndrome al no verse como posibles pacientes. 

Gracias al paso adelante de Cristina compartiendo en su galardonado blog The Beauty Mail su situación, ha hecho posible que personas que no identificaban el síndrome puedan hacerlo y pedir ayuda.

Nuestra invitada nos asegura que nos hemos acostumbrado a vivir con urgencia. «Parece que todo tiene que ser a velocidad crucero», indica. Y lo cierto es que la generación de nuestras madres querían que las mujeres salieran de casa por fin pero el entorno no está a la altura de este progreso, debemos seguir trabajando en él. La carga mental de las madres y las mujeres en general es extrema y ellas mismas llegan a plantearse qué están haciendo mal. 

Esto viene dado por la inmediatez y el uso de las redes sociales en las que no todo lo que ves es real, en las que te comparas con contenido con filtro e instantes que son el día a día de esas personas. En este punto, si queremos cuidar nuestra salud digital, debemos ser conscientes de que no todo lo que observamos es 100 % veraz y hay mucha preparación e historia detrás.

La importancia de desconectar para conectar con uno mismo

Cuando hablamos de desconectar, hablamos de no estar las 24h del día centrifugando mentalmente. Desconectar no es apagar el móvil, es desconectar para conectar mentalmente. Cristina Mitre cuenta la importancia de aprender a bajar el ritmo para conectar con uno mismo.

«Pensaba ya pararé, ya descansaré pero mi cuerpo dijo que parara».

El síndrome del burnout va muy ligado a la falta de capacidad para conectar con nuestras necesidades. Cristina, que escribe sobre temas de salud, no vio las señales cuando sufrió este síndrome, por ello, le pareció importante compartirlo en su blog, lo que le ayudó gracias al apoyo de la gente y su familia.

Sobre este tema y la importancia del autocuidado nos habla también Robert Waldinger en nuestra charla sobre Claves para ser feliz.

¿Qué es el autocuidado y cómo puede mejorar tu higiene mental?

Cristina Mitre nos da unas herramientas muy útiles para la trabajar la gestión del tiempo, promover el autocuidado y la salud psicológica:

  1. Prepara la lista de las cosas que hacer por escrito, así serás más realista. 
  2. Aprende a renunciar por muy ilusionantes que sean esos proyectos.
  3. Aprende a descansar y no hacer nada. 
  4. Duerme, ¿cuántas horas de sueño reparador nos quitamos?
  5. Conecta con los pequeños detalles del día a día, ve sin prisa. Disfruta del proceso.
  6. Gestiona las expectativas. 

Esto pasa por hablar más de la salud mental, del suicidio y quitar el estigma de la depresión. Cristina declara que «parece que vivimos en la happycracia, todo el mundo tiene que estar feliz». Sin embargo, hay momentos en la vida que uno no está feliz y hay que transitar esa emoción también, eso también es autocuidado.

Si notas que no te apetece salir, te falta la energía, te cuesta relacionarte con la gente, estás irascible… Es el momento de parar un poco y perder el miedo a pedir ayuda, nos asegura nuestra invitada.

Transcripción

00:01 Cristina Mitre Hola, soy Cristina Mitre y vengo a hablarte de la importancia de cuidar la salud mental y la salud física.

00:13 Cristina Mitre Soy periodista, podcaster y escritora; autora del pódcast de Cristina Mitre y del pódcast de Mujeres que Corren. En 2015, yo sufrí burnout, que es un agotamiento físico, mental y emocional que me llevó a un colapso mental y fue una época bastante difícil, sobre todo porque yo no vi los síntomas previos de ese burnout. Yo pensaba que la ansiedad era un ataque de pánico, que de repente te faltase el aire. Entonces no fui capaz de conectar todos esos síntomas previos que tuve, que fueron desde parestesias, pérdida de visión de un ojo, un vértigo horroroso, falta de apetito, insomnio… Cuando pasas por una crisis así, sobre todo cuando es una crisis mental, te sientes súperculpable. Porque al final es algo que dices: "¿Cómo no le puedo decir a mi mente que pare ese centrifugado continuo?". Y sobre todo, quitarte esa culpabilidad de: "Yo me he puesto en esta situación". Asumir eso es complicado y sobre todo porque te quieres remangar y lo quieres solucionar tú, porque te piensas que los problemas mentales son responsabilidad tuya: "¿Cómo va a poder esto conmigo, no?" Cuando tú tienes una enfermedad como puede ser un cáncer, no estás pensando que tú sola te vas a curar. Pero cuando es una enfermedad mental, te responsabilizas.

01:43 Cristina Mitre En 2015, yo creo que se hablaba menos de salud mental. Yo en mi entorno no conocía a nadie que hubiese sufrido una crisis como la que yo padecí. Decidí compartirlo en mi blog, porque yo pensaba que no daba el perfil de alguien que pudiese padecer ansiedad porque tengo como mucha energía, me ilusiono rápido con los proyectos, no lo vivía con lo que yo creía que era la ansiedad... Y entonces decidí contarlo, porque me parecía importante. Si yo que escribo de temas de salud no vi las señales, me imagino que allá afuera la mayoría de la gente tampoco. Entonces, para mí fue importante compartirlo, tener el apoyo de la gente, también, que lo viese y, sobre todo, el apoyo de mi entorno, de mi familia que lo comprendiese porque fueron semanas, meses... que para mí fueron muy complicadas y que me llevó realmente a replantearme, no mi vida personal, pero sí mi vida profesional. Tenemos tan asumido ese vivir con prisa, vivir con estrés, porque es lo normal, que a veces es difícil ver esos primeros signos y esos primeros síntomas. Fíjate que yo decía: "Bueno es que ya descansaré, ya pararé". Claro, hasta que mi cuerpo dijo: "O paro a esta mujer o la paro".

03:03 Cristina Mitre Nos hemos acostumbrado a vivir con urgencia, todo es como rápido, ya, inmediato y no debería ser así. Yo creo que se han acortado los tiempos. Yo recuerdo cuando mi padre se iba de vacaciones pues o te llamaban al teléfono fijo o no daban contigo y no se caía al mundo, no pasaba nada. Pero ahora parece que todo tiene que ser como a velocidad crucero y hay que dar una respuesta inmediata porque si no parece que no estás lo suficientemente comprometido e involucrado. La generación de nuestras madres querían que saliésemos de casa, querían que fuésemos independientes... La sociedad no ha avanzado al mismo ritmo, entonces muchas mujeres de mi generación lo que se han encontrado es como han salido de casa, han avanzado, son mujeres profesionales, pero lo de casa tampoco está tan repartido todavía, pese a que hay muchísimas parejas que colaboran al 50-50, ¿no? Pero la situación real es que la carga mental que tenemos es extrema. Y encima te dicen, porque miras alrededor, te metes en Instagram y claro, tu referencias a esa mujer que puede y que llega a todo y te planteas: "¿Qué es lo que estoy haciendo mal? ¿El fallo… el problema lo tengo yo? ¿Será que yo no me sé organizar?" Al final, crean una serie de expectativas que son irreales, porque tú al final lo que ves a través de las redes sociales, te comparas con eso. Tú, cuando éramos niñas, te comparabas con tu vecina, con tus amigas, con la gente del colegio... Pero ahora, la posibilidad de compararte es absolutamente infinita y claro, luego es tan accesible, porque está en tu teléfono, que comparas toda tu vida con lo que estás viendo en redes sociales. Y, claro, sales perdiendo seguro porque el 90 % de las imágenes que ves están editadas. Y luego hay un segundo filtro, que es el filtro que pone el propio creador de contenido a la hora de subir esa imagen. Eso está completamente… es el instante de la vida de alguien.

04:59 Cristina Mitre Desconectar es no estar todo el día con ese centrifugado mental, con todas esas cosas, esos pensamientos que estamos ahí rumiando como si fuésemos una vaca o una lavadora como en centrifugado. O que estás en el sofá y dices: "Ay, cómo voy a estar aquí ahora diez minutitos tiradas y podría estar aprovechando haciendo cualquier otra cosa". Yo creo que todavía no tenemos asumido que desconectar no es solamente desconectar el móvil, es desconectar también un poco de esos pensamientos, que además son súperintrusivos. Porque como le des un poco de cuartelillo, ese pensamiento es recurrente y estás ahí masticándole y dándole vueltas. Si te tuviese que dar herramientas o trucos que yo utilizo en mi día a día para intentar gestionar mejor mi tiempo, te diría que yo ahora, antes lo llevaba todo completamente digitalizado y ahora lo escribo. Me hago la lista de las cosas a las que me comprometo, porque cuando lo veo por escrito y yo misma gestiono la agenda digo: "A todo esto es imposible que yo llegue a todo esto". O sea, necesitaría días de 48 o de 72 horas para sacar todas estas tareas a las que me he comprometido; aprender a renunciar, decir que no a determinadas cosas por muy ilusionantes que sean esos proyectos; aprender a descansar y no hacer nada, parece que no, es que tengo que aprovechar. O sea, no hacer nada es no hacer nada y no pasa nada, o sea, estar tumbado, ya está. El descanso, cuántas horas de sueño reparador nos quitamos, ¿no?.

06:36 Cristina Mitre Yo creo que para conectar con esos pequeños detalles del día a día lo que hay que es ir sin prisa, intentar… va a salir igual. Vayas como una moto o vayas mucho más calmado y mucho más tranquilo. Pues fijarte en las pequeñas cosas. Que cuando te pongas a cocinar no lo hagas todo a prisa y corriendo, que disfrutes un poco del proceso y no hay que ser una gran cocinitas, yo no se me da bien la cocina, pero cuando me voy a poner la comida me pongo la comida en bonito; cuando me voy a aplicar una crema, me aplico la crema con mimo; cuando voy a entrenar, también hago la gestión de las expectativas, quizá no sea el gran día del entrenamiento y tampoco todos los días tengo grandes ganas de entrenar. Pero como dice Marcos Vázquez: "Cuando no tengas ganas de entrenar, entrena sin ganas". Hablamos tanto del mindfulness, del estar presente, que parece que es como otra actividad más que hay que asumir. Es que ahora hay que hacer meditación, oye pues meditación es igual estar presente en las cosas del día a día. Al final conectas mejor porque conectas muchísimo mejor contigo mismo, te das cuenta de que hay cosas, determinadas cosas que para ti a partir de entonces van a ser innegociables. He aprendido a bajar el ritmo, pese a que me cuesta. Yo creo que te ayuda sobre todo a conectar contigo mismo.

07:54 Cristina Mitre Todos deberíamos hablar más de salud mental en general. Se debería hablar mucho más del suicidio, se debería hablar mucho más de la gestión emocional. Deberíamos quitar mucho estigma alrededor de enfermedades como la depresión, porque al final no se asocia a otras enfermedades… Tú dices que tienes un cáncer, una enfermedad de riñón o cualquier otra enfermedad y no te muestras con vergüenza. Parece que vivimos en la "happycracia", todo el mundo tiene que estar súperfeliz, con la endorfina a tope… Bueno, pues hay momentos en la vida que uno no está feliz y hay que compartirlo y hay que transitar esa emoción también. Si notas que no te apetece salir, que tienes muchísima apatía, que no te apetece nada, que solo tienes ganas de llorar, que te falta la energía, que te cuesta dormir, que te cuesta relacionarte con la gente, que siempre vas con prisa, que no tienes tiempo para nada, que estás irascible... Igual es el momento de pararse un poco y sobre todo, sobre todo, que no tengas miedo a pedir ayuda.

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